La ciudad perdió debe ¿Facturar?
“El poder mostrará al hombre“. Aristóteles.
Dos escándalos perturbaron las llamadas “Buenas costumbres“, en Barranquilla, al inicio del año bisiesto. En ambos se destacan porque los actores son un par de “Trios“. Un trío olímpico-presidencial y otro un “fantástico sexual”. El primero lo conforman tres públicos embusteros: el Presidente histórico y sus “ministras” Deportivas. En el otro se reparten: dos damas del “Countriii” y un marido com-partido, fieles amantes de lo público.
Tales escándalos estallaron, acorde con en estos tiempos líquidos, en las redes y medios, cuando todavía no había ingresado a la urbe con mi regalo de Rey Mago -incienso-. Por ello dejé que los mismos invadieran las noticias del WhatsApp p para poder decidir si eran reales. Leer y opinar. Es increíble lo ocurrido. En el primer escándalo Barranquilla perdió el sueño panamericano, en el segundo la ciudad descubrió que un trio sexual en wáter es un acto “inapropiado”.
Entonces, decidí escribir sobre los dos actos para lograr entender esos asuntos geométricos. No quise esperar que en tiempo de Carnaval cada uno pierda interés periodístico y no pueda compartir opinión decantada y sin emoción killera. Intento un ejercicio de redacción mezclando, como en una trenza, párrafo a párrafo cada disfraz: El de los embusteros y el de los amantes descubiertos. Vamos con nuestro mono-cuco a saltar.
1ra. trio de cínicos ignorantes. La reciente frase presidencial es un vivo ejemplo de cinismo. Dijo: “…pero por ignorancia incumplimos en los pagos“. La soltó en plena rueda de prensa celebrada en Palacio, acompañado de las autoridades que “luchan” por regresarle el sueño perdido de los juegos panamericanos 2027 a Barranquilla. En ella asumió, en mi hermenéutica, la plena responsabilidad de tal escándalo, el primero del bisiesto año.
1ra. Trio con libido encendida. El acto fue descubierto, al parecer, por los gemidos del mono que somos, cuando estamos desnudos y nos damos al deseo más animal de todos, según la biología. Después el suceso íntimo, realizado en espacio público, se tomó el resto del primer lunes festivo, pues las redes sociales divulgaban, como un púlpito colectivo, que el acto de los amantes inconclusos, para copiar a Gabo, iban contra “valores”, como dice el comunicado de la Gerencia del Club que los tiene prohibidos en sus Reglamentos.
La ignorancia no es excusa. Barranquilla cumplió su cuota Contractual. Pagó 2.5 millones de dólares. Pregunto: ¿ese dinero se va a perder, si lo que se pretende es celebrar un nuevo contrato, porque en el anterior se incumplió? Es claro que la ignorancia no es excusa para no pagar… Les recuerdo la enseñanza de Shakira: “Las mujeres ya no lloran. las mujeres facturan“. Barranquilla factura, por favor, no lloremos más frente a la verdad: ¡A los capitalinos les “arde” tu progreso…inatajable!
2a. Embusteros de palacio. Las ministras del Deporte, una docente y una deportista, han mentido sobre el incumplimiento en el contrato –ley entre las partes– suscrito para el otorgamiento y realización, en Barranquilla, de los Panamericanos. Y mintieron, de Perogrullo, para no quitarle el disfraz al Presidente que ordenó no pagar. Esa es la conclusión lógica de semejante silogismo del Poder Presidencial. Lo que diseñaron después es pura pantomima de politiquería.
3a. Noticia por servidor público. Un trío es, según especialistas, una fantasía sexual de las denominadas “tumultuosas”; de ahí que se pierda el horizonte de distinguir lo público de lo privado y se caiga en “el fuego de la pasión”, como lo explicó S. Freud. Acá “el trío fantástico” se volvió noticia global porque el galán era, hasta entonces, un eficiente “servidor público”, los cuales tienen hipotecada la vida privada, por qué lo de ellos es el servicio público. fiel en su oficio.
Conclusiones sin capuchón. Cada escándalo reseñado tiene detalles para columnas independientes, pero la inmediatez de lo reciente obligó a redactarlos en “pareja” a fin de no perder la “persecución en caliente”, pues no dudo que serán éstos escándalos temas de letanías y de una que otra comparsa de las fiestas de Joselito, el difunto al que lo lloran, a grito destemplado, todas sus viudas, tanto en público como en privado.
Pero debo concluir, en uno como en otro escándalo, lo siguiente:
1ro. La ignorancia no es excusa. Barranquilla cumplió su cuota Contractual. Pagó 2.5 millones de dólares. Pregunto: ¿ese dinero se va a perder, si lo que se pretende es celebrar un nuevo contrato, porque en el anterior se incumplió? Es claro que la ignorancia no es excusa para no pagar. Todo lo contrario, es una aceptación cuasi dolosa de responsabilidad. ¿Puede el Distrito repetir contra la Nación? Les recuerdo la enseñanza de Shakira: “Las mujeres ya no lloran. las mujeres facturan“. Barranquilla factura, por favor, no lloremos más frente a la verdad: ¡A los capitalinos les “arde” tu progreso…inatajable!
2a. El sexo humano es del ámbito privado. Practicar sexo en sitio público es una transgresión a las costumbres de nuestra urbe, por más cosmopolita que se pretenda ser. Lo ocurrido no debe ser excepcional o inédito, tanto que hay norma legal que lo prohíbe. Pero el hecho en sí demuestra que en el sexo como en el amor tenemos que aprender. Y ahí brota el conflicto que hace, a la vista comunitaria, que lo sucedido en lugar campestre se haya constituido en escándalo. Las emociones también pueden razonarse. Y aprenderse. no todo lo público es “legal”. En el sexo lo íntimo es lo sano. Lo demás es fantasía. Patología.
La próxima: Cómo defenderse ante Air-e S.A.S.