– La educación política en Colombia ante “la crisis” que padecemos como virus
“Mientras se acumulan los cadáveres, él se obstina en ejercer su derecho a pensar”. Irene Vallejo.
En una entrevista concedida a El Tiempo, a pocos días de su muerte (2013), el filósofo Guillermo Hoyos Vásquez declaró, entre otras afirmaciones, la siguiente: “una de las asignaturas de las que carece el sistema educativo colombiano es la catedra de ciencias políticas“.
Hoyos fue un académico comprometido con el desarrollo de la educación superior en Colombia. ¿Qué significa la rotunda afirmación del pedagogo? Simple y llanamente que somos unos analfabetas políticos, no hemos recibido educación política, ni en tiempos de paz, ni en la época perpetua de violencia, de la que nos negamos, sistemáticamente, de sepultar para siempre. Razón tuvo García Márquez cuando, en una entrevista, también, dijo: “nuestra historia es un inventario de muertos“.
Analfabetismo político que se refleja en la actual, y, cíclica “crisis socio-política” que padecemos como sociedad y como país, donde actos de violencia indiscriminada dejan cadáveres, heridos, bienes públicos y privados destruidos y una nación sin rumbo seguro, bajo el falaz argumento del ejercicio “libre” del derecho a la protesta “pacifica”, muy a pesar de contar con una magnifica constitución política, la del Siglo XXI.
Una Constitución que consagró, para ejercicio, personal o colectivo, derechos y deberes ciudadanos, además de garantizarlos, tanto en escenarios públicos como privados. Esa Constitución Política, que es producto de una revolución pacífica, define a Colombia como “estado social de derecho“, formula política que exige tener compresión, teórico-práctica, de lo qué significan conceptos, categorías o principios políticos como: libertad, igualdad y fraternidad, los cuales son pilares fundacionales y filosóficos de la democracia constitucional como se define nuestra forma de gobierno.
Esa Constitución Política, que todo “maestro de escuela” tiene la obligación de ENSEÑAR (art. 41), consagra libertades públicas tales como: De la protesta pacífica (art. 37) y el de movilización ciudadana (art.24). También que Colombia es, políticamente, una sociedad democracia, participativa e inclusiva, fundada principios, como: El respeto de la dignidad humana.
Ni los derechos ni las libertades públicas y menos el principio de dignidad humana se aprenden o enseñan en escuelas, colegios, universidades del país. Y dudo que en nuestros hogares, en nuestra familia, definida como “institución básica de la sociedad” (art.5. La comprensión integral de esta norma constitucional requiere, por lo menos, cursar un semestre de filosofía política e historia para estudiar, cabalmente, el alcance en la práctica de su contenido conceptual. Y de esa asignatura carecemos).
Esta es la literalidad de tal norma: “El estado reconoce, sin discriminación alguna, la primacía de los derechos inalienables de la persona y ampara a la familia como institución básica de la sociedad“.
Como ven, no es una norma fácil de interpretar sistémicamente en su complejidad conceptual, por lo que se requiere tiempo y dedicación para su comprensión filosófica-política. no dudo que tendremos oportunidad de volver a ese artículo: Medular para entender democracia y libertad.
Entonces, siendo filosóficamente una república (cosa de todos) gobernada bajo la forma de una democracia participativa y plural. Es imprescindible tener comprensión de lo que ello significa políticamente. De allí, lo necesario de contar con una educación politica, que no es lo mismo que contar votos, escrutarlos y declarar electos “a los que más compraron electores“, como enseñaron los romanos desde los tiempos de Cicerón: senador hasta la muerte.
Al respecto de la necesidad de ilustración científica de la polí-tica, el gobierno “decente” de la polis (ciudad), heródoto, padre de la historia y del reportaje periodístico, según el polaco Ryszard KAPUSCHISKY, quien al comentar sus lecturas de historias del griego, enseñó que éste: “Intentaba comprenderlo todo, entender por qué cada individuo actuaba de una manera y no de otra. Nunca culpaba a los seres humanos de las calamidades históricas, sino a la educación, las costumbres y el sistema político en el que les había tocado vivir.”(Negritas mías).
Luego de aprender esa lección de Heródoto, el célebre reportero Kapuscinki, relata Irene Vallejo, “…se convirtió en un defensor fervoroso de la libertad y la democracia, y enemigo del despotismo, la autocracia y la tiranía” (ver pág. 187.El infinito de un junco).
la democracia es obra inteligente de una mujer pública (hetaira). aspasia, la mujer libre que hizo de Pericles su marido y lo ayudó en su histórico gobierno del pueblo. Una razón más que suficiente para amar la democracia de ilustrados, por ser esta obra de una mujer brillante: Aspasia.
Será, me pregunto escéptico, qué en la Colombia de hoy contamos con reporteros y/o periodistas con suficientemente aprendidas esas lecciones de Heródoto, tan bien difundidas, en todo el mundo, por el polaco?. O seguimos haciendo juicios a la historia sin conocerla?. Es fácil escribir un Twitter. Pero cuán difícil es saber quién fue Heródoto y más haber aprendido periodismo en los libros de Kapuscinki. Se las dejo ahí!.
Pero me niego a no compartir, con ustedes amables lectores, esta anécdota de la historia oculta de la democracia, relatada por la filóloga Vallejo sobre el real nacimiento ideológico de la democracia ateniense, durante el famoso siglo de Pericles a quien la historia considera el padre de la democracia en occidente, es decir nuestra democracia.
Pericles en el máximo momento de gobierno abandono a su esposa y se unió a “Aspasia, una hetaira nacida en Asia menor“. Pero, puntualiza Irene: “…la inteligencia de Aspasia ayudó a Pericles en su carrera política. Sabemos poco de ella porque su figura ha llegado envuelta en incógnitas y maledicencia, pero los textos dan a entender que era una auténtica oradora en la sombra. Sócrates solía visitarla con sus discípulos y disfrutaba de su brillante conversación; incluso llegó a llamarla “maestra“. Según Platón, escribió discursos para su marido; entre ellos, el famoso discurso fúnebre donde defendía apasionadamente la democracia“. (Negritas mías. Opus cite. Págs. 171 y 172).
Claro está, entonces, que la democracia es obra inteligente de una mujer pública (hetaira). aspasia, la mujer libre que hizo de Pericles su marido y lo ayudó en su histórico gobierno del pueblo. Una razón más que suficiente para amar la democracia de ilustrados, por ser esta obra de una mujer brillante: Aspasia. No enseño a Pericles a lanzar petardos, sino que le dio palabras apasionadas, como Pueblo (demo) y Crato (gobierno). No se gobierna la ciudad incendiándola, sino amándola y defendiéndola en su grandeza y en su debilidad.
Hay mujeres como Aspasia en nuestra democracia participativa y pluralista?. Cuál de las dirigentes políticas de la Colombia actual, tiene la calidad de oradora de Aspasia?. Creo que ninguna, pues suelen acompañar AL “marido” a comprar votos, no a redactar discursos. Qué pena!!! Nos faltan Aspasias.
Durante el paro nacional, por el que atravesamos, desde que un insensato Ex-ministro de Hacienda y Crédito Público pretendió, contra toda evidencia socio-sanitaria y económica, imponer una reforma tributaria, he leído, he escuchado y he visto columnas de opiniones, habladas o escritas y, hasta, escenificadas, sobre el origen y las consecuencias del prolongado paro, que tiene entre nuestros educadores oficiales unos grandes propugnadores. Opiniones de todo tipo, calibre y colores. Todas, o en su gran mayoría, que abogan por interpretaciones racionales en la búsqueda de salida negociada al conflicto social en un país dividido, polarizado y regionalizado.
Son tantas y tan cotidianas las opiniones de nuestros sabios, de redes y medios, que preferí coleccionarlas y releerlas, más tarde cuando regrese la calma y el río social vuelva a su cauce natural: la convivencia critica dentro de una democracia. Y una vez asimile la sabiduría desbordada en tales opiniones, entonces sí comentarlas. Por el momento las dejo “congeladas” en mi butaca de “los periódicos de ayer”. Creo que es un materia para volver a pensar en una Colombia en paz y prosperidad general.
Y para ese logro, hay que abandonar el linchamiento social al que piense, si es que piensa, diferente. Acá, en Barranquilla, unos profesores y comunicadores, fueron señalados públicamente como causantes de males sociales. Y esa práctica es repudiable en una democracia plural, donde las personas se respetan en su común dignidad humana. Las opiniones se controvierten, se refutan o se comparte. Pero nunca para incitar el linchamiento. Los autores “encapachados” de ese cartel de redes sociales, nunca han conocido las historias de Heródoto y, mucho menos, saben que en democracia: todos tenemos la palabra.
Entonces, en ese orden de ideas, sólo deseo asumir, desde aquí: desde mi balcón, que Guillermo Hoyos Vásquez, el filósofo, tenía razón: carecemos de educación política. Por eso, seguimos vendiendo la conciencia, el voto y eligiendo como legislador a quienes nunca han estudiado qué es un contrato social en un estado social de derecho. un voto es una opinión. Y si se vende o si se compra se está carcomiendo la demo-cracia.
Deseo concluir, por ahora, con un párrafo del libro “la educación en Colombia” (Debate), de la autoría del columnista de El Tiempo, ex-rector de la nacho (U.N), Moisés WASSERMAN que, sin mayores comentario, anota para la memoria explicativa de los sucesos de estos días, lo siguiente:
“En noviembre del 2019 se dieron una serie de protestas populares que se prolongaron hasta entrado el 2020. El Gobierno decidió abrir unas mesas de diálogo, que se propusieron amplias e incluyentes, aunque los organizadores del movimiento, en su mayoría, se abstuvieron de participar. Una de las mesas abordó los problemas de la educación, y la participación fue amplia e interesante(a pesar de la ausencia mencionada anteriormente). En esa mesa se escogieron por votación tres temas álgidos para comenzar. Los tres temas en forma independiente también coinciden con los mencionados acá, lo que refuerza su relevancia para los actores y dolientes del sistema de educación. Estos fueron: 1) La construcción de una política pública de formación de maestros, 2) La construcción de un sistema participativo, descentralizado y con mecanismos eficaces de concertación y 3) La reforma del modelo educativo, pasando por uno basado en la enseñanza a otro basado en el aprendizaje contextualizado, que propicie la crítica constructiva y que apunte a enfrentar retos de innovación y creatividad. Los nombres de las propuestas se explican por sí mismos.”(Ver pág. 228).
Qué futuro les espera a mis nietos en un país dividido por carecer de educación política?. Seguir contando cadáveres?. o aprendiendo a pensar con solidaridad y respeto a la dignidad humana?. Pensar, colombianos! es una tarea improrrogable. Toma. Siéntate. Por favor, comienza por leer la constitución política vigente, antes de aprender a ponerte una capucha!! Joven de hoy, abuelo para la eternidad.
Próxima. Vejez, sexo y pensiones.
Excelente mi hermano abrazos y bendiciones para todos ustedes. Debemos seguir en el fortalecimiento de una democracia que sea equidad…. Favorecer a nuestra clase desprotegida, mejores espacios dentro de todos lo social, político, económico y justicia social. Política de menos pobreza….. Mayor fuentes de empleos, menos impuestos. Felicitaciones Dr:Gaspar Hdez Caamaño, mi hno del alma.