Proyecto de ley busca financiación estatal al periodismo

El Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica adelantó juicio político – impeachment -, contra el Ex- presidente Donald Trump asumiendo la libertad de expresión como espada y escudo. A su vez, porque los demócratas la blandieron para acusarlo de incitación a la insurrección y los republícanos la referenciaron como argumento de defensa de la conducta “twittera” del controvertido señor del “vulgar” copete. Ese debate esencial estuvo  alimentado, entonces, por la primera enmienda de la constitución americana. Esencial para la democracia que lo absolvió, políticamente, sin mayorías, pero ahora debe afrontar procesos judiciales, al parecer, por la misma conducta.

Mientras ese juicio ocurrió en Washington, luego que una banda de nuevos “barbaros” asaltaran, el 6 de Diciembre del pasado 2020, la sede del Capitolio para impedir la confirmación del triunfo electoral del actual Presidente demócrata; en el Congreso de la República de Colombia, casi para la misma fecha del asalto, parlamentarios del partido Cambio Radical radicaron un Proyecto de Ley fundado en la lectura, muy particular, del Jefe Máximo de ese Partido, ex-candidato presidencial Dr. Germán Vargas Lleras, sobre la situación que viven medios periodísticos del país, en comparación con países de Europa y los Estados Unidos a causa, entre otras, de la pandemia. 

Vargas Lleras, en una columna publicada en el diario El Tiempo, del 22 de noviembre de 2020, planteó la necesidad que con dinero público se financien algunos diarios regionales. Dio estos nombres: El Heraldo, El Universal, La Patria, El Meridiano, La Opinión, Vanguardia y El País. En razón, según el columnista, la crisis sanitaria pandémica y a la falta de lectores, atraídos por las redes sociales, “Los tienen al borde del cierre“, como a otros innombrados diarios.

La preocupación del columnista la encuentro valida, es una opinión de un respetado dirigente político. Pero de ahí, proponer una ley circunstancial, con la pretensión de lanzar un “salvavidas” fiscal y financiero, de unos determinados medios de prensa, escritos,  lo veo como una cuestión oportunista. Para mí la columna de Vargas Lleras está bien. Lo absurdo lo veo en el proyecto de ley denominado: “Por medio de la cual se expide una regulación para la estabilidad económica y la operación de los medios de información en Colombia.”. Veamos:

1. El proyecto fue radicado, según el diario El Heraldo, por los Representantes de la bancada de Cambio Radical, en la Cámara, Dres. Modesto Aguilera, Richard Aguilar y César Lorduy, todos con tapaboca en ambas fotos que ilustran la noticia: “CR radica proyecto para la reactivación de los medios”(ver pág. 6C del 2/12/2020). Esta información me incita a presumir que los tres honorables “mosqueteros” son los redactores o autores materiales del referido Proyecto de Ley, ya que el determinador es el jefe natural de Cambio Radical. ¿Habrá dudas?

2. Quien en El Tiempo había expresado, días antes, lo siguiente, en su columna ” S.O.S. a la prensa“:

“Ya va siendo hora de que, en Colombia, siguiendo el ejemplo de la gran mayoría de las democracias occidentales, el Gobierno y el Congreso aprueben un conjunto de medidas que, preservando la independencia informativa, consigan garantizar la supervivencia de los medios escritos antes de que sea tarde y nos quedemos en manos de las redes, con sus virtudes, pero también con sus grandes falencias, sus noticias falsas y su anonimato en materia de responsabilidad informativa“(negrillas mías).

Las democracias occidentales que cita Vargas Lleras son: Austria, Alemania, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Portugal y obvio Estados Unidos. Países culturalmente distintos al nuestro y con remota historia educativa.

3. En la Exposición de Motivos del anotado Proyecto, sin firma de “autores”, se manifiestan entre otras razones, las siguientes:

– “…que, así mismo, los medios de información tienen una responsabilidad social de informar,…”( negrillas mías);

– “…se entiende como medio de información, toda persona jurídica de derecho privado…”( negrillas mías);

– “…la disrupción en el negocio de la publicidad…como principal fuente de sostenimiento de los medios de información…y derivadas de la covid-19, su sostenibilidad financiera se encuentra en entredicho“( negrillas mías);

– “…resulta necesario reconocer que la información, además de ser un derecho fundamental, es un bien esencial indispensable…”(negrillas mías);

– “…de este modo combatir las noticias falsas que…circulan por los diferentes medios informales de difusión de información o por las redes sociales…generan desinformación entre los ciudadanos“(negrillas mías);

– “…que las entidades de orden nacional y territorial destinen una porción de su presupuesto para la asignación equitativa a los medios de información“( negrillas mías);

– “…resulta necesario fomentar la inversión…a través de la implementación de incentivos tributarios“( negrillas mías), y

– “…se requiere eximir del I.V.A. a los servicios de publicidad a estos medios…”( negrillas mías).

He intentado transcribir, en mayúsculas/negritas, las expresiones más significativas de la pretensión de fondo del Proyecto que no es otro que financiar con publicidad oficial y exención de impuestos a determinados periódicos. A fin de poder centrar mi análisis al mismo, como lo hare más adelante.

4. El proyecto de ley consta de 18 artículos distribuidos en seis (6) Capítulos, cuyos títulos hablan por sí solo. Son:

1. Ámbito de aplicación y principios;

2. Declaratoria del Derecho a la Información como un bien esencial de interés público;

3. Medidas de estímulo a la labor de comunicadores y periodistas y de suscripciones a medios de información impresos y digitales;

4. Transformación digital y fortalecimiento de los medios de información para la reactivación económica;

5. Otras medidas para la estabilidad económica y operativa de los medios de información, y

6. Incentivos tributarios.

Me llama la atención el título del Capítulo Segundo, eso de la “declaratoria del derecho a la información como un bien esencial de interés público”. Me suena a una propuesta de reforma constitucional de modificar o ampliar  el contenido del artículo 20 de nuestra Carta Política. Y eso, pregunto a mis lectores constitucionalistas, ¿se puede hacer con una simple ley circunstancial? ¿O es, a través de un acto legislativo? Averígüelo VARGAS, por favor!!!.

Al leer ese proyectado artículo me provoca compararlo con el 20 constitucional, para determinar el talante de los Representantes a la Cámara por cambio radical que, sigo presumiendo, se arrogan ser los autores de ésta iniciativa legislativa. A ellos, les convoco a responder los interrogantes planteados en el párrafo anterior. De lo contrario, quedo en libertad de investigar y escribir sobre ésta ingenua “Reforma Constitucional” que quieren introducir disfrazada de “orangután virtual”.

-Imagen aportada por el autor

Los asesores legislativos que redactaron esa ” tarea de primíparos” son, no lo dudo, ignorantes no sólo del periodismo regional, sino de la historia constitucional de la libertad de prensa en Colombia. La cual no ha sido una prensa estatal, subsidiada, sino un emprendimiento empresarial liberal tanto de verdaderos partidos políticos, ambiciosos de poder político,  como de familias de visionarios como del empresariado con suficiente poder económico y cuadros muy bien preparados intelectualmente. Sólo en regímenes totalitarios el estado maneja la prensa, que deja de ser libre y se convierte en propaganda estatal

Análisis crítico de la iniciativa parlamentaria del partido cambio radical para ayudar al periodismo regional.

Frente a la exposición de motivos del anotado Proyecto de Ley, debo afirmar sin titubeos que algunas de sus consideraciones no son ciertas, como es elemental demostrar. Pero antes, debo decir:

1). Es un proyecto de ley malo, inconveniente e inconstitucional. Cada afirmación es controvertible si se desea debatir, públicamente, el mismo por quienes aparecen como ” padres putativos” del mismo. Es decir, los parlamentarios del “chapazo” en El Heraldo.

2). Está mal escrito. Su redacción es carente de técnica legislativa. Es incoherente y contradictorio. Y está repleto de falacias para intentar justificar unos subsidios a medios y periodistas. El Proyecto, tanto en su exposición y el articulado, es una tarea mal hecha, sí es que Vargas Lleras impuso, a sus pupilos, hacer esa “plana” a su columna S.O.S. A LA PRENSA, lo que sería ” disciplina para perros”. O éstos parlamentarios, Doctores y Juristas como C. Lorduy, R. Aguilar y M. Aguilera, se ” ofrecieron” a interpretarlo y concebir semejante ejercicio de PRIMIPAROS. Sí, esa opción es posible, porque ese Proyecto de Ley es, sin dudarlo, un ejercicio de “pantalla en medios” ( algo que ellos mismos prohíben en el parágrafo del artículo 9no que a la letra dice: ” En ningún caso y bajo ninguna circunstancia,…las autoridades estatales de cualquier orden asignen  información como pauta para para resaltar la imagen de funcionarios públicos de cualquier orden, incluyendo, sin limitarse a…CONGRESISTAS …y partidos políticos”.(mayúsculas mías). 

Este parágrafo me causa risas, ya que una norma, mejor redactada, está establecida en la ley de contratación estatal y nadie la hace cumplir. 

Los asesores legislativos que redactaron esa ” tarea de primíparos” son, no lo dudo, ignorantes no sólo del periodismo regional, sino de la historia constitucional de la libertad de prensa en Colombia. La cual no ha sido una prensa estatal, subsidiada, sino un emprendimiento empresarial liberal tanto de verdaderos partidos políticos, ambiciosos de poder político,  como de familias de visionarios como del empresariado con suficiente poder económico y cuadros muy bien preparados intelectualmente. Sólo en regímenes totalitarios el estado maneja la prensa, que deja de ser libre y se convierte en propaganda estatal

3). Culpar a la pandemia, a las redes sociales y a “la disrupción” de la publicidad como las causantes de la crisis financiera de los diarios regionales, por ejemplo El Heraldo, caso local y que se padece, es mentir a mi entendimiento. ¿Por qué?

– porque tal crisis es anterior a la declaración de la pandemia del covid- 19. Ésta los afecta, es una obviedad, como a todo comercio formal o informal. Pero los diarios se quedaron sin lectores desde mucho antes, por no hacer buen periodismo, o sea investigar en profundidad los hechos noticiosos.

– Porque éstos diarios se conformaron, por pereza y mediocridad, con seguir la velocidad informativa de las redes sociales. Se pusieron a whatsaapear en las páginas, en vez de pagar la pluma, inteligencia y profesionalismo de reporteros experimentados, curtidos en el oficio “más bello del mundo: buscar la verdad que niega a diario el poder. Las redacciones se convirtieron en salones de práctica de “pichones” de comunicadores a quienes remuneran con salarios ” de hambre”. Y las páginas editoriales se cedieron a amistades y a “connotados twitteros” o ex-reinas del disfraz de carnaval. ¿O un analista político puede ser “un señor del monte”? Son escasos los columnistas de prestigio intelectual y periodístico. En El Heraldo solo leo, por ejemplo, a los profesores Ferro, Amar, Araujo y Guerra, al Dr. Pipo, al colega Horacio y a uno que otro que se me olvidan por ser esporádicos. ¿por qué los difuntos  lola y bacca no siguieron escribiendo sus notas impertinentes? Ese diario no tiene actualmente línea editorial. Y la dirección es más una orientadora de la gestión oficial.

– Porque desde el nacimiento de la publicidad, y de la oficial, los diarios se venden como vitrinas y no como necesidad informativa para los lectores. Y el periodismo digital también se llenó de “cookies” o cuñas publicitarias. La prensa escrita imita a la radio: Vende! En vez de construir su propio lenguaje: el de la crónica, el reportaje, el de la entrevista, el de la opinión libre.  El de la fotografía única. El del humor inteligente, no  “Matador“. Ese es, para mí, el periodismo de los diarios en esta era de la revolución cognitiva de las tecnologías. Un diario debería ser una catedra de la cotidianidad y de la historia reciente. ¿O no?

No es cierto:

1. Que la información sea “un bien esencial Indispensable”, como se declara en ese proyecto. Es un derecho fundamental y eso es lo esencial.

2. Que ” los medios de información tienen una responsabilidad social de informar”, como se afirma en ese proyecto. Los medios tienen responsabilidad social, la cual deriva de la calidad de la información emitida. La responsabilidad es una consecuencia, no un derecho. Y si dañan con sus noticias u opiniones responden civilmente en solidaridad con el periodista, a quien también le podría imputar responsabilidad penal.

3. Que se pueda ” garantizar el acceso a la información sin censura, en condiciones democráticas, de pluralidad, libertad e independencia” subvencionando a los medios escritos con dinero oficial. Todo lo contrario. Los están sometiendo en su libertad e independencia. Esta propuesta choca con el artículo primero constitucional.

4. Que solo los llamados medios informales, no se cuáles, difunden “noticias falsas que hay que combatir”, dando estímulos tributarios y publicitarios a los medios periodísticos escritos formales, porque  falsas noticias también se difunden en diarios con historia. Tanto que se consagró el derecho de rectificación en condiciones de equidad, a todo lector o protagonista de noticias falsas. La desinformación es consustancial con el derecho de información, ya que mentir y chismografiar son derechos humanos.

5.  Que para ese proyecto se “entienda como medio de información, toda persona jurídica de derecho privado legalmente constituida en Colombia”. Es tan incierta esa característica e inconstitucional que el artículo 20 de la Carta Magna consagra: Se garantiza a toda persona…a fundar medios masivos de comunicación”. Es decir, un ciudadano con un megáfono en una esquina del Paseo Bolívar de barranquilla es un medio de información. Si no me creen lean, apreciados parlamentarios, la primera enmienda de la constitución de los Estados Unidos de Norteamérica, tan en boga siempre. 

No creo que ese proyecto alcance a ser Ley. Pero invito con el respeto debido al fuero de los proponentes y  sus asesores a un acelerado curso de jurisprudencia constitucional sobre el derecho  a la información libre, cierta e imparcial. Quedo a sus órdenes en mi modesto balcón y desde este, mi portal solo/proposiciones.com

La próxima: Dos libros sobre emociones: unas tristes, otras amorosas

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