Dificultades y tropiezos de algunos jugadores que después triunfaron
Ricardo Ciciliano

Lo encontramos en un equipo de barrio (Escuelita la 24 de Soledad) y lo invitamos a que viniera a jugar con nosotros, en Apuestas La Fortuna. Fue un proceso engorroso pero finalmente consiguió su carta de libertad. De la Selección Atlántico (campeones nacionales), pasó a la Selección Colombia prejuvenil (campeones suramericanos), dirigida por Basílico González. En ese momento llevaba tres años trabajando conmigo. Presentía en él algo especial, cierta aureola de crack, no obstante le faltaban elementos claves. Insistimos en pulirlo: Corrección de gestos técnicos, horas y horas de charla para que mirara más allá de su nariz, apoyo con su familia, y así me dijeran que para qué perdía mi tiempo con ese pelao.
Cuántas veces tuvimos que madrugar para entrenarlo porque solo podía hacerlo a esas horas de la mañana; cuántas veces fue necesario pelear para sostenerlo en el equipo titular (tanto en la Fortuna como en el Liceo Soledad) porque entonces empezó a crecer y se puso torpe y descoordinado y la gente presionaba para que lo sacáramos. Incluso, terminó jugando de arquero, aunque no quería, en la última fase del torneo intercolegial, con gran suceso, tanto así que, ya siendo profesional, con Millonarios, una vez que expulsaron a su arquero, se atrevió a coger el arco y tapó el penal que causó esa jugada ante el Medellín.
Total, puedo decir que fue mi primer logro concreto en el fútbol, el primer jugador que llegó al fútbol profesional tras un acompañamiento personal de mi parte, no exento de dudas.
PRESENTÍA EN ÉL ALGO ESPECIAL, CIERTA AUREOLA DE CRACK, NO OBSTANTE, LE FALTABAN ELEMENTOS CLAVES. PUEDO DECIR QUE FUE MI PRIMER LOGRO CONCRETO EN EL FÚTBOL, EL PRIMER JUGADOR QUE LLEGÓ AL FÚTBOL PROFESIONAL TRAS UN ACOMPAÑAMIENTO PERSONAL DE MI PARTE, NO EXENTO DE DUDAS.
Luis Payares

Jugaba para Johan y la Selección Atlántico prejuvenil y se destacaba como volante de marca por su porte físico y buena técnica con pierna izquierda. Lo invité al torneo Intercampus organizado por el deportivo Cali en el mes de diciembre. Fue aprobado por Ricardo Martínez para que se vinculara a las divisiones menores. Los primeros años muy bien: Figura en el equipo de su categoría; Selección Valle; Selección Colombia prejuvenil, con el profe Lara.
Después vinieron las dudas e incertidumbres y un trasegar por varios equipos, idas y regresos al Deportivo Cali: Fue prestado al Pacífico FC de Buenaventura de la B, en 2010. Volvió al Cali al siguiente año y al mando de “Cheché” Hernández y Guillermo Serrano, fue invitado a que probara de central y ahí se quedó. Luego tuvo un dilatado periplo por los siguientes equipos: Cúcuta, Bucaramanga, Pasto, Tolima, Millonarios y Once Caldas, donde milita actualmente. Cada cierta temporada regresaba al Cali, como un viejo amor contrariado. Me dice que en las épocas en que no jugaba, o no recibía pagos de sueldos, se lamentaba y pensaba que hasta ahí.
Pero el apoyo de su señora, Liliana, y de su papá en la distancia, lo motivaban a seguir.
Juan Camilo Roa

Fue un duro golpe salir de las divisiones menores del Cali, pero el momento más difícil fue en Uniautónoma, cuando se integró a la sub20, donde estuvo un año. Su Sueño era jugar al lado de su hermano, Andrés Felipe Roa que en ese momento era figura en el equipo barranquillero. Le prometieron que le harían contrato y lo subirían a la profesional, pero nunca sucedió. Incluso, a final de temporada, a todos sus compañeros le entregaron un diploma de reconocimiento menos a él. De regreso a casa, su papá, con desaliento, le dijo que esperara a ver qué salía en enero, que si no, jugara en Sabanalarga y se pusiera a estudiar. Justo a finales de diciembre ocurre un hecho sorpresivo: Jaime De la Pava es contratado por Cortuluá para que enfrentara un torneo clasificatorio en Bogotá, de los cuales, los dos primeros equipos pasarían a jugar en la A.
Como De La Pava conoció a Juan Camilo cuando dirigió Uniautónoma (aunque no estaba inscrito lo veía entrenar) lo llamó como refuerzo y fue titular en el citado cuadrangular de los primeros días de enero, en Bogotá, donde Cortuluá ganó uno de los cupos del ascenso, siendo JCR una de sus figuras.
Excelentes crónicas dan unas lindas enseñanzas para los nuevos jugadores que vean que este camino. No es fácil que solo triunfan los que perseveran y son disciplinados
Gracias Jaime. De eso se trata, contar experiencias que puedan servir de guía. Un Abrazo
Agustín orgullo de los Soledeños, desde muy niño,mostró sus dotes de escritor y analista de las actividades y actuaciones de sus compañeros del equipo,al cual pertenecía,
Era un líder, al punto de ser designado por su entrenador Capitán en el campo de juego , sin embargo su oficio no termina con la finalización del partido de fútbol.en ese momento comenzaba ,una nueva labor En una libreta de notas,registraba las habilidades y el desempeño de sus compañeros de equipo ,en los que se inspiraba , para convertirlos en versos ,que nos trasladaban nuevamente a las canchas de Fútbol. Quienes tuvimos la fortuna de conocer esa labor del Niño Agustín Garizabalo ,hoy en día podemos decir que en esa fase de su época se vislumbra un formidable escritor y gran caza talentos, que aún no tiene techo, Mis respeto y admiración para el Profesor Agustín
Un gran abrazo
Muchas gracias, Elías. Has sido una persona que siempre me ha estimulado a seguir. Has reconocido mi talento y me has apoyado en la medida de tus posibilidades. Un abrazo.
Muchas gracias profe por compartir, cada ves que leo me doy cuenta que su método tiene un alto porcentaje de efectividad, que usted tiene un gran interés en ayudar a los jugadores y a los profes.
De nuevo gracias
Muchas gracias Erly, por estar atento. Ojalá sientas el resultado de este trabajo.
Las dificultades que enfrentan los muchachos en este deporte son tremendas, ojalá todos tuvieran la voz de apoyo de personas como tú…
Así es Gilberto. Precisamente el ánimo de compartir estas buenas experiencias es dejarle esa información a los padres y profesores para que hagan un acompañamiento más afortunado con los muchachos. Algunos quizás se equivocan, con la mejor intención, porque no conocen esta metodología