Se instaló la angustia donde antes había confianza, se dispararon la ansiedad y el insomnio, aún en los más jóvenes, pero, lo que más duele es esa incertidumbre de condenado. Diosito, ¿qué va a pasar? Las prolongaciones de la cuarentena ya compiten con cierta novela turca que pasaban a las 3 de tarde por televisión. Los deportistas, cuya gasolina es la competencia, están de clínica. Se dice que esta pandemia es como una guerra, y en las guerras, es un axioma: la primera bala que te revienta es el desánimo.
¿Cómo lograr mantener la motivación? ¿Cómo recuperar la alegría sin los triunfos en confrontación, sin el proceso de prepararte para…sino ese sin sentido de forjar las rutinas sin un objetivo inmediato? ¿Cómo competir sin jugar, qué es la razón de ser de toda preparación semanal?
¿No te has puesto a pensar que quizás este paro de actividades no es tan malo como parece? Habías calculado (y hasta el profe te lo decía) que en algún momento te ibas a dedicar a pulir una serie de detalles físicos, técnicos, tácticos, de comportamiento y convivencia, hábitos que -habías leído-, debías mejorar, y por estar en incontables competencias habías aplazado.
¿Por qué no asumir las riendas, de una vez por todas, de ese proyecto que lleva tu nombre y que has dado tantas vueltas para aceptar su irrenunciable responsabilidad? ¿Qué es lo que más te inquieta en tu noche más profunda? ¿Qué es lo que realmente quieres y hasta dónde estás dispuesto a dar? ¿A qué debes renunciar, qué beneficios esperas conseguir?
¿Por qué no avanzar?… ¿Cómo se logra esto? Los expertos han dicho que lo que no se puede medir no se puede mejorar. Hay temas que pueden resultar sencillos: Conseguir una báscula y controlar el peso, por ejemplo; o, los que están creciendo pueden medir su estatura y llevar un registro; pero también puedes saber cuántas abdominales haces, cómo es tu dominio con pierna izquierda, cuánto tiempo puedes controlar el balón sin que se te caiga
Demasiadas preguntas, dirás. Pero, precisamente en periodos como estos es donde surgen las reflexiones; así, como una persona hospitalizada: la cual debe concentrarse en pocos temas, los más elementales, quizás. Recibir pocas o ninguna visita. Y tener que enfrentarse a su soledad, a sus pensamientos. ¿Qué encuentra ahí? ¿Terrores o certezas?
Dudas y temores se disipan apenas empieces a actuar. Bajo estas circunstancias quedarse estático es morir. ¿Por qué no avanzar?… Precisar que cada día subes un gramo y ganas nuevas marcas. ¿Cómo se logra esto? Los expertos han dicho que lo que no se puede medir no se puede mejorar. Hay temas que pueden resultar sencillos: Conseguir una báscula y controlar el peso, por ejemplo; o, los que están creciendo pueden medir su estatura y llevar un registro; pero también puedes saber cuántas abdominales haces, cómo es tu dominio con pierna izquierda, cuánto tiempo puedes controlar el balón sin que se te caiga, con qué precisión puedes golpear una botella de plástico o un cono, y cada ocho días vas anotando los nuevos registros. Indicadores cuantitativos.
Pero también puedes tener en cuenta indicadores cualitativos: ¿En qué momento del día te desanimas? ¿Empiezas rigurosamente a entrenar a una hora exacta? ¿Te dejas llevar por el ocio y te domina el Play Station o las series de Netflix? ¿A qué horas te duermes? ¿Vives relajado, tranquilo, alegre o eres de los que coge rabia por cualquier tontería? ¿A qué dedicas tus horas libres? ¿Lees? ¿Meditas? ¿Qué tanto conoces tu organismo? ¿Inviertes tiempo en compartir y ser afectuoso con tus seres queridos?
Definitivamente todo esto apunta a que te empoderes de tu proyecto; que seas tú quien decida qué va a pasar contigo. Que tus padres y tu familia te apoyan, fabuloso. Que tienes entrenadores que te orientan, perfecto. Y hasta un empresario que está pendiente de ti, elegante. Pero, duda de todo. No tienes que obedecer ciegamente, investiga, consulta, comprueba. Ni siquiera tienes que creer en esto que estás leyendo. La llave de todo es descubrir cuáles son las preguntas correctas. No te afanes por las respuestas. Determinar la pregunta indicada implica demarcar tu camino, porque la vida es el arte de darse cuenta y actuar en consecuencia.
Bendiciones MAGO
Excelente profe …palabras que llegan a la mente en cualquier faceta o profesión escogida … A despertar el destino lo tenemos en nuestras manos.
Muy didáctico y realista, sobrino, tú planteamiento. Felicitaciones y para adelante.
Eduardo Almarales
Congratulaciones Agustin, DIOS lo siga Bendiciendo, un abrazo de Gol.
Excelente artículo, pletórico de sabiduría, de experiencia, de pedagogía, de sociología y también de psicología, que contribuye a la formación y al comportamiento de las personas que viven y amamos el fútbol, el deporte en general y de todas aquellas actividades que nos ayudan para construir vida y forjar excelentes personas. Profe, mi admiración y respeto por siempre.
Agustín, desde muy niño.mostrastes las facetas de un buen escritor, hoy tus artículos son devorados por quienes te admiramos y respetamos,Un gran abrazo.