Se nos ha pedido por parte del director del portal de opinión, SOLOPROPOSICIONES, que en su decimocuarto aniversario del crimen de nuestro padre, SAUL S. SANDOVAL RODRIGUEZ, (Q.E.P.D.) escribiéramos unas breves líneas como obituario, sobre lo que en vida represento este importante líder en la actividad política local, lo que sin pensarlo dos veces, acepte la honrosa invitación de quienes desde el citado portal se han empeñado en divulgar los mejores cometarios sobre distintos temas del pensamiento especializado.
Intentar escribir sobre SAUL SANDOVAL R, nos obliga referirnos al líder político, quien, en su faceta como hombre público, forjo un estilo muy peculiar en el campo de la batalla política.
Su verdadera fortaleza fue el debate público sobre los más disimiles temas de ciudad, que con suma vehemencia y preparación supo arrinconar a sus más enconados adversarios y desvertebrar sus falacias. Entendió, que la primera tarea para derrotar a sus contradictores en la dialéctica de la política, era conocer el personaje con quien se enfrentaba, sin apelar al argumento ad personan, es decir, sin desviar la discusión al terreno personal.
Su fijación sobre los temas públicos de la ciudad lo llevaron a convertirse en un autentico autodidacta del conocimiento de la administración pública. Nunca hablaba de lo que no conocía, y optaba por el silencio en el tiempo, mientras se asesoraba para hacer el pronunciamiento en su oportunidad, que, en la mayoría de las veces, siempre fue certero y contundente.
Muchos de sus contradictores le temían a su verbo implacable, y le huían a la confrontación para no verse derrotados ante la opinión. Estos mismos contradictores, algunos de ellos todavía con alguna vigencia política, aceptaron en privado lo que no se atrevían en público, reconocer su grandeza y su absoluta superioridad como hombre público.
Entendió como ninguno, que el principal factor de lucha para el ejercicio de la oposición política, con la que se destacó con brillantez, fue acceder a la información pública. Fue en esa documentación publica, que en no pocas ocasiones le fue negada y en otras ocultada, donde residía los éxitos de sus grandes debates públicos, que le permitió levantar de manera implacable el velo de honestidad de muchos contradictores quienes terminaron descubiertos ante la opinión pública como falsos mesías.
Pero más allá de sus virtudes de orador y combatiente de la política, como exalcalde de Soledad, y primer mandatario por elección popular, supo enfrentar los más difíciles problemas que atravesaba su época de gobernante. Eran la precariedad de los servicios públicos y la escasez presupuestal para buscarle su solución.
De la mano con sus asesores inmediatos, se detuvo a examinar la coyuntura y visiono airosamente el progreso para el Municipio de Soledad, en momentos en que el pais hacia transito a una incipiente descentralización política y administrativa, que técnicamente no fue dotada con los suficientes recursos públicos para superar el atraso que soportaban los habitantes del Municipio, especialmente en el tema de los servicios públicos de agua potable y alcantarillado, toda vez que la cobertura de servicios públicos se encontraba muy por debajo para atender la demanda de usuarios que superaba los cien mil habitantes.
Para afrontar los serios problemas sanitarios que vivía la ciudad para aquellas épocas, se elaboró el primer documento público que le habría paso al desarrollo de la ciudad, denominado, “Plan Maestro de Acueducto y Alcantarillado para Soledad”, que consistía en un ambicioso programa o proyecto para adecuar unos servicios públicos a una población mayor. Fue desde ese momento, en que se pensó a Soledad como ciudad y se fue abandonando ese letargo histórico que lastraba en los servicios públicos.
A partir de esa época, la historia de Soledad empieza tener otro cariz, gracias a la tenacidad y el arrojo de quien detentaba las principales características de un verdadero líder.
Estas consistían en combinar la valentía de un político con la de un exigente administrador de la cosa pública. Sin la primera, difícilmente habría obtenido la oportunidad de acceder al primer cargo público de la ciudad, por cuanto convencer al ciudadano es la primera tarea de todo político en una democracia, y en esto, SAUL, fue un diestro de la retórica y del argumento para persuadir hasta los más difíciles e indecisos. En lo segundo, tuvo un agudo olfato para manejar los distintos humores de la gente y de sus inmediatos colaboradores, que le permito exitosamente conciliar pareceres y opiniones en franca contradicción, siempre escogiendo las más útil para el buen servicio público.
Fueron estas características, que no en vano le merecieron el honroso nombre del “hombre del progreso”. Ese fue SAUL SANDOVAL R, (Q.E.P.D) quien, como protagonista de la historia de su ciudad, fue todo un grande de la política, que sus asesinos nos lo arrebataron, para que Soledad viviera para siempre en la penumbra.