escribí esta columna cuando inicié, en plena Navidad/2020, la lectura del libro Neruda el llamado del poeta (Harper Collins Español), una minuciosa biografía escrita por el politólogo norteamericano Mark Eisner, quien investigó por 25 años: vida, obra, lucha y muerte del poeta de Chile, de América y de la poesía Universal.
Inevitablemente volví a la librería a buscar esa nueva y hermosa edición ilustrada de Hojas de hierba. Neruda me había devuelto a Whitman: Mis poetas de bohemia, vino sansón y declamación. Creía entonces que la poesía me salvaría, aunque Ma. Caamaño, mi madre presente, me había advertido: “Gasparcito! ¡Si eres poeta, te vas a morir de hambre!”. Afortunadamente mi madre no fue profeta, sino guerrera. Aquí me tiene, hablando de poetas inmortales, Neruda y Whitman, dos capitanes. Y abuelo con mis sueños moceriles intactos: ¡vinos australes, afectos generosos y poesía de Río y de Mar. Gracias! MARÍA, madre mía.
Principié redactando “Notas sobre el poeta” a una lectora invisible, por cada capítulo leído en las madrugadas de un Diciembre extraño, con “toque de queda” y “Ley seca” para evitar aglomeraciones tradicionales y así combatir el virus también invisible que nos tiene acorralados. Y a mí leyendo lento dentro del sosiego de una ventana cerrada.
Pero decidí cumplir la promesa a mis lectores de solo/proposiciones.com de escribir una de mis columnas al mes, sobre los libros leídos para vencer la soledad y el acuartelamiento a que nos ha sometido esta pandemia, cuando terminé de leer, con un lápiz rojo en la mano, las 624 páginas del libro, con pasta dura, que contiene: 21 capítulos, un epílogo sobre las muertes del poeta, 2 apéndice, la cronología básica, las obras de Pablo Neruda, bibliografía escogida, fuentes adicionales, agradecimientos, notas e índice; también unas fotografías, en blanco y negro, del inicial sepelio del poeta, fallecido en plena época de fusilamientos, torturas y desapariciones de la dictadura, de 15 años, del General A. Pinochet. Dictadura que Chile quiere borrar de su memoria.
Escogí el título cuando concluí. Y recordando que en la vitrina de la librería de Buenavista (Centro Comercial) había visto exhibida una nueva edición del poemario HOJAS DE HIERBAS del poeta Walt Whitman, evocando cuando lo leía adolescente tirado en el piso de “tierra” de la casa de El Santuario. Inevitablemente volví a la librería a buscar esa nueva y hermosa edición ilustrada de Hojas de hierba. Neruda me había devuelto a Whitman: Mis poetas de bohemia, vino sansón y declamación. Creía entonces que la poesía me salvaría, aunque Ma. Caamaño, mi madre presente, me había advertido: “Gasparcito! ¡Si eres poeta, te vas a morir de hambre!”. Afortunadamente mi madre no fue profeta, sino guerrera. Aquí me tiene, hablando de poetas inmortales, Neruda y Whitman, dos capitanes. Y abuelo con mis sueños moceriles intactos: ¡vinos australes, afectos generosos y poesía de Río y de Mar. Gracias! MARÍA, madre mía.
Neruda, (Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basoalto, su nombre completo) casi no conoció a su madre. Murió siendo bebe. Lo crio su madrastra, su mamadrastra, a quien escribió sus primeros versos. Después le escribió versos de amor a todas y cada una de las mujeres que amó. Contrajo tres matrimonios y fue amante fiel de cada amor que encontró en los puertos donde ancló la nave de su “residencia en la tierra”. Murió de cáncer de próstata, pero algunos camaradas creen que lo mató la CIA por orden de Pinochet.

Pero lo que quiero resaltar de esta nueva biografía, he leído otras, incluso su autobiografía confieso que he vivido, es el reconocimiento de su amor poético al autor de Hojas de hierba, el inolvidable What Whitman. Veamos. En la biografía de Eisner hay 16 referencias, a la presencia de Whitman en la vida y en la poesía de Neruda. Las presento resumidas, así:
– Al llegar a Santiago, desde Témuco, a los 16 años, para estudiar francés en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, Neruda frecuenta un círculo bohemio donde: “…pronto estaba absorto hablando de política radical, filosofía, amor y literatura en pequeños cafés y bares llenos de humo. Walt Whitman, James Joyce y Víctor Hugo eran objeto de constantes conversaciones.”(Ver págs. 77 y 78).
– NERUDA, en su vida afectiva se casó varias veces. Y en Chile compró y construyó tres casas singulares. Una en Isla Negra, donde escribía sumergido en la visión del océano Pacífico, en las afueras de Santiago; otra en las cimas pintorescas de Valparaíso a la que llamó La Sebastiana. Y en Santiago La Chascona, donde “Una grandiosa foto de Walt Whitman“(pag.5), hacia parte de la exuberante decoración. Y tenía “…en el escritorio su fotografía enmarcada de Walt Whitman.”(pág. 6).
Cuenta el biógrafo gringo que, en La Sebastiana, “Un mozo de mudanza colgó un gran retrato de Whitman, y le preguntó a Neruda si ese era su padre: ” si, en la poesía”, respondió“(Ver pág. 423).
– También se cuenta que en 1927, con 23 años de edad, Neruda conoció en Buenos Aires al escritor Jorge Luis Borges. Borges, dice el autor, ya respetaba a Neruda. Y “A pesar de que la influencia de Walt Whitman en Neruda aún era leve, hablaron sobre la importancia que tenía para ambos“(Ver pág. 149).
– Me permito compartir estos pasajes de la biografía para seguir ilustrando la idea que unió a esos poetas De la libertad. Miren:
“Neruda tendría una relación de por vida con Whitman. Fue una gran influencia en gran parte de la poesía que Neruda escribió tras el estallido de la Guerra Civil Española, particularmente en Canto General. En El Canon Occidental, Harold Bloom afirma que Neruda” puede considerarse el más auténtico heredero de WHITMAN. El poeta de Canto General es un rival más digno que cualquier otro descendiente de Hojas de Hierba”(Ver pág. 240).
Herencia o hermandad que se refleja en estos versos:
“Es por acción de amor a mí país
que te reclamo hermano necesario,
viejo Walt Whitman de la mano gris,
para que con tu apoyo extraordinario
verso a verso matemos de raíz
a Nixon, presidente sanguinario“(Ver pág. 241).
En 1950, en Nueva York, un productor cultural afirmó: “Walt Whitman escribió una vez que el gran poeta reclutado en la causa de un pueblo “puede hacer que cada palabra que pronuncia haga sangre”. Esto es así en el caso de Pablo Neruda. Él es un poeta armado”. (Ver pág. 3620).
Entonces precisa el biógrafo: “Las raíces literarias de Canto General son los versos de Hojas de hierba de Walt Whitman…”(Ver pág. 370). Y más adelante precisa: “En el poema de Neruda “La carta en el camino”(Una variación en torno a la clásica “Song of the Open Road” de Whitman), un verso destaca después de la primera estrofa: ” Adorada, me voy a mis combates”(Ver pág. 392).
Esta biografía, escrita como una novela, deja constancia del Amor que unió, en la ficción, ¡a estos grandes Capitanes! de la Libertad Humana. Desde sus frentes fueron combatientes con la pluma y la palabra por la defensa de La libertad de expresión, tan vilipendiada en estos tiempos de pandemia.
Y para terminar esta brevísima acotación del editor, repito de la hermosa edición ilustrada de Hojas de hierba: “Whitman, admirado en vida y mitificado en muerte, fuente de inspiración de poetas como Federico García Lorca (quien le dedica algunas de las páginas más perdurables de su Poeta en Nueva York) o Pablo Neruda (cuyo Canto General tiene ecos innegables del “Canto a mí mismo”)”.
En tiempos de Carnaval sin el tamborito por las calles, es muy recomendable volver a la poesía militante en el amor de la humanidad de Whitman y Neruda. Yo volví a las bellas páginas de “Canto a mí mismo“. Y volví a abrir mi ventana y saludar Los Tajamares de Boca de Cenizas.
Próxima: qué ocurre en nuestra alma mater.