“L’état, C’est Moi” = el Estado Soy Yo. Petro, constitucionalista literal.

Gaspar Emilio Hernández

En la página 239, exactamente en el número de nomenclatura universal 1130a, en la edición de Biblioteca Clásica Gredos de la ética nicomáquea, Libro V dedicado a la naturaleza de la justicia como virtud, Aristóteles hace suyo el siguiente dicho de Brujas (uno de los siete sabios): “El poder mostrará al hombre“.

Frase que constituye, a mi entender, toda una lección de filosofía política, no sólo de la antigüedad sino de la modernidad contemporánea. La que enseña, a contrario sensu, que el mejor gobierno es el de las leyes, mas no el del hombre. Ello, según Aristóteles, porque “el gobernante está en relación con otros y forma parte de la comunidad(…); el mejor no es el que usa de virtud para consigo mismo, sino para con otro”.

Abrí, otra vez, mi lastimado ejemplar de la Ética de Aristóteles, que me acompaña al sobrevivir de un furibundo ataque de celos a los libros, para decidirme a opinar, con libertad mental, sobre el espectáculo de incertidumbres que vivimos en Colombia cada vez que el Presidente de la República, desata desde un balcón santafereño su oratoria “venti-juliera” o se contagia de “Poder absoluto“, por haber sido atendido por un real monarca, como él ha soñado ser. Los deseos son problemas. no soluciones.

Foto: Cortesía

Espectáculo originado en el enfrentamiento, reciente, entre el Señor Presidente de la República y el Fiscal General de la Nación. Enfrentamiento que demuestra el talante de uno y otro. El escenario de violencia verbal, e incitación callejera, que agita la vida nacional, por una polémica ideológica que afecta principios y derechos como: Igualdad y libertad, conceptos medulares para entender, desde la ética y la filosofía política, los alcances de nuestra Constitución del 91 frente al actual gobierno. Y sus reformas. es el diálogo la política democrática.

“Desconocer y malinterpretar las bases de nuestro Estado de Derecho crea incertidumbre, fragmentación e inestabilidad institucional. 

Un jefe de Estado no puede ser un parroquiano con un celular en un bar. No. Al encarnar un poder democrático esa investidura debe, como virtud, estar despojada de toda vanidad y arrogancia, de las que, al parecer, carece el Sr. Presidente

Constitución Política que tiene su propia semántica, cuya defensa obligó a la Corte Suprema de Justicia, mediante comunicado, a intervenir en el duelo entre el Señor Presidente VS el Fiscal General. La Corte expresó, por escrito, que:

“Desconocer y malinterpretar las bases de nuestro Estado de Derecho crea incertidumbre, fragmentación e inestabilidad institucional. 

Foto: Cortesía

“La Corte Suprema de Justicia hace un llamado a la sensatez, respeto y cordura que deben prevalecer en el ámbito del principio de colaboración armónica que rige a los poderes públicos. La justicia es un poder público patrimonio de Colombia“(ver comunicado del 5/5/23).

Horas después, desde Portugal, el Presidente aceptó el llamado a la prudencia de la Corte; pero ya había lanzado la “molotov” cuando, en cercanía del Rey de España, leyó en su celular el primer inciso del artículo 115 constitucional:

“EL Presidente de la República es jefe del estado, jefe del gobierno y suprema autoridad administrativa“, y concluyó con énfasis napoleónico: “entonces como jefe del estado soy el jefe del Fiscal General De La Nación”. 

Como es fácil comprender, el Señor Presidente, hizo una interpretación literal de la norma constitucional “para consigo mismo” y sus fieles de redes sociales. El concepto o categoría de estado no tiene el mismo alcance del de nación. Como gobierno no abarca la totalidad de la estructura del Estado. Y ser suprema autoridad administrativa no significa ser jefe del poder judicial, del que es parte constitucionalmente la Fiscalía. 

Un jefe de Estado no puede ser un parroquiano con un celular en un bar. No. Al encarnar un poder democrático esa investidura debe, como virtud, estar despojada de toda vanidad y arrogancia, de las que, al parecer, carece el Sr. Presidente. Por eso cuando habla inquiriendo se desnuda. Queda en harapos intelectuales. Y muestra que clase de hombre es.  O sea, debe ir a estudiar las enseñanzas de la filosofía política de Aristóteles, quien hizo de Alejandro de Macedonia un rey ilustrado.

Ahora, la expresión decimonónica estado de derecho, que entre nosotros es Estado social de Derecho, significa que no se disuelve en el querer del presidente, quien como tal está obligado a someterse al lenguaje constitucional que es incluyente y no excluyente. Nuestro estado está diseñado sobre el respeto de la dignidad humana, por tanto, ni el Fiscal puede irrespetar al Presidente, ni éste a aquel.

Así las cosas, creo que Colombia debe defender la libertad de cada persona, frente al discurso igualitario de un gobernante ególatra, que acude al concepto populista de pueblo, solo para encubrir su piel de lobo. si el jefe no da ejemplo la turba se subleva. Y todos perderemos la libertad. Es hora de pensar más en los otros, que en el yo de Petro. Aspiro que haya aprendido la lección de prudencia de la corte, esa sí suprema.

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