La afirmación la realizó en diálogo con Diario La Libertad, el abogado constitucionalista Dinier Sandoval Cardona, quien desde un punto de vista académico se refirió al panorama político del país, a tan solo semanas para que se posesione el presidente electo Gustavo Petro Urrego.
Sandoval Cardona, quien realizó un detallado análisis de la política nacional y regional, es egresado de la Universidad Castilla de la Mancha ubicada en Toledo-España, con diploma de perfeccionamiento en constitucionalismo de la Universidad de Pisa-Italia, y diploma en sociología jurídica del Instituto Oñati en España.
¿Qué opinión le merece que la izquierda llegue al poder en Colombia?
Ha sido un triunfo afortunado para la patria colombiana que la izquierda llegue al poder, luego del dominio político de un régimen perverso que gobernó al país por veinte años y que nos condujo a un Estado fallido. El nuevo presidente tiene el desafío de cambiar la actual ecuación de gobierno, entendiendo que solo la seguridad ciudadana nos conduce a la paz. La paz es solo posible, si existe justicia social y se logran corregir las inequidades y las desigualdades sociales, que según el reciente informe de la Cepal aumentaron su cifra, lo que se traduce en más pobreza y marginalidad. Unas cifras como las pronunciadas, lejos de sellar una paz definitiva en los colombianos, atizan la violencia.
¿Nos puede explicar mejor su respuesta?
La derecha colombiana afecta al proyecto uribista, que se dedicó a generar riqueza y acumular muchas utilidades a su favor, sin pensar en su redistribución. Este es el reto que tiene por delante el nuevo gobierno, redistribuir el ingreso y la riqueza, a través del criterio ético de materializar el principio de progresividad fiscal, que guía a los gobiernos en su tarea impositiva, de cobrar más a quien gana más. Un crecimiento económico sin una justa redistribución es la pauperización. Es la gran diferencia ideológica que separa la derecha y la izquierda en el mundo. Mientras la primera se ocupa por generar la riqueza, la izquierda progresista se detiene en su distribución, como ocurrió en la Francia de Miterrand y la España de Felipe Gonzalez, que fueron gobiernos exitosos.
Dejando a un lado el tema económico, el gobierno se propone sacar adelante un paquete de reformas constitucionales. ¿Usted cree que el nuevo gobierno obtendrá las mayorías parlamentarias necesarias para tal fin, cuando existen bancadas que nunca coincidieron con sus promesas electorales?
Indudablemente, el nuevo gobierno requiere de mayorías políticas para sacar adelante su paquete de reformas. Esas son las reglas de la democracia, lograr el consenso político. Si fracasa en su intento de conformar las mayorías necesarias, y encuentra resistencias por parte de estas, existe la opción de apelar al pueblo a través de la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, que dejaría por fuera del juego de la discusión a las bancadas parlamentarias y le asignaría a un cuerpo de constituyentes la discusión y aprobación de su proyecto de reformas constitucionales estructurales. Sin embargo, yo no soy tan pesimista, este gobierno ha invitado a todos los sectores del país político a trabajar sobre un “acuerdo sobre lo fundamental”, y lo previsible, es que en el país se establezca una suerte de “cohabitación” entre el gobierno y una franja importante de voceros de partidos políticos que no votaron por el proyecto del Pacto Histórico. Sobre este particular, existen importantes coincidencias y aproximaciones. Así lo registran los importantes medios del país, entre esos, esta casa periodística.
¿Cuáles serían los paquetes de reforma que se propone el nuevo gobierno y cuáles para usted deberían tener prioridad?
El presidente Petro indicó en su discurso el día que obtuvo el triunfo presidencial, su interés de prohibir las políticas extractivas de la explotación de los recursos naturales a través del fracking, recuperar el manejo de la salud, que hoy se encuentra privatizada, consensuar una ambiciosa reforma tributaria, acabar con el viejo esquema feudal de la concentración de la tierra improductiva en pocas manos y darle un vuelco al sistema pensional que igualmente como el sector de la salud, se haya capturado por fondos privados. Estas son las principales reformas que se propone el nuevo gobierno y que son coherentes a las nuevas corrientes del constitucionalismo social y ecológico que hace su recorrido en toda Latinoamérica. Frente a sus prioridades, estimo que todas tienen prioridad, en búsqueda de desmantelar un modelo de “Estado depredador o ladrón”, que impera hasta los momentos actuales.
El presidente Duque en el tema aludido al fracking, dejó amarrado al próximo presidente Petro, con un paquete de contratos de exploración y explotación de yacimientos petrolíferos. ¿Como observa usted, este difícil escenario que encontrará el nuevo mandatario?
Es una “acrobacia palaciega”, hecha a la medida, como todos los actos de gobierno del presidente Duque. El mandatario electo, en este evento se encontrará con dos temas enfrentados: el respeto por unos derechos adquiridos y la seguridad jurídica, que son las garantías a los inversionistas, y por otro lado, la defensa de los intereses superiores de la nación, a través de la protección del medio ambiente como bandera de su campaña electoral. Un tema difícil de resolver, por cuanto terminar unos contratos unilateralmente expondría a la nación colombiana a las sanciones internacionales por incumplir el respeto a las inversiones extranjeras, conforme a las directrices de la Organización Mundial del Comercio. A lo sumo, la carta que le queda al nuevo gobierno es la renegociación de los citados acuerdos de voluntades con los particulares, que podría consistir en la reducción del tiempo de los contratos o proceder a indemnizarlos, lo que resultaría demasiado oneroso para las finanzas públicas. Todo esto tiene una trama perversa, orquestada por un gobierno saliente, que pasará a la historia política del país, como un gobierno que invirtió el principio constitucional, que enseña que el “interés general prevalece sobre el particular”. Este gobierno saliente se destacó por sustituir impunemente la democracia por la plutocracia.
¿En su visión de politólogo y constitucionalista, en qué consistió el éxito electoral del presidente Petro?
Habíamos dicho al inicio de esta entrevista, con otras palabras, que el manejo equivocado del gasto público social del gobierno a través del recorte de importantes recursos públicos se tradujo en la ampliación de la brecha social. A esto se le suma, los desaciertos en las políticas de precios para controlar una inflación galopante, la estrategia perversa de perseguir a los opositores políticos a través de la instrumentalización de la justicia a sus fines políticos, y el manejo equivocado de frenar los avances de los Acuerdos de Paz con la insurgencia desmovilizada, que fueron elevados a mandato constitucional y gozan de la garantía de la comunidad internacional. Todos estos factores provocaron un gran malestar social que originaron que la ciudadanía se revelara en las urnas y se convirtiera en la verdadera hecatombe uribista que le costó la pérdida del poder.
Descendiendo al plano regional, ¿cree que la izquierda también tomará el poder local?
Sería lo deseable, pero la política regional tiene su propia dinámica. Los intereses políticos y el liderazgo local marcan diferencias. Esto significa que en algunos departamentos y municipios, con gobiernos claramente de derecha, estos han tenido una respuesta exitosa en sus localidades. De manera que no nos sorprenda la consolidación de alianzas entre las huestes del Centro Democrático y los miembros del petrismo o el Pacto Histórico en las elecciones locales.
¿Por el lenguaje de sus respuestas, inferimos que usted votó por Petro?
Sí, hice pública mi adhesión a las propuestas políticas del presidente electo y voté en ambas vueltas para lograr su victoria. Lo hice por convicción política y sin ningún compromiso mercenario de búsqueda de burocracia. Por ser un fiel a mis convicciones políticas, sigo considerando que el país merece una mejor suerte por el bienestar de los colombianos. En Colombia debe retornar el Estado de bienestar, aunque su implantación debe tener unos criterios atenuados, y esto solo lo garantizaba un candidato de izquierda en el poder.
¿Usted se encuentra retirado del activismo político?. Su padre fue el primer alcalde de elección popular Saúl Sandoval Rodríguez (q.e.p.d). ¿No le seduce el primer cargo de su municipio Soledad?
Me encuentro alejado del quehacer electoral desde hace más de seis años, y desde esa época el tiempo lo reparto entre la academia, el litigio y la investigación en asuntos constitucionales. Actualmente, trabajamos en unos temas del derecho constitucional comparado, sobre los “delitos de odios en las redes sociales” tan acentuados en la actualidad. El mismo tema, que nos permitió a acceder al diploma de perfeccionamiento en asuntos constitucionales en la Universidad de Pisa-Italia, con la dirección de mis maestros Roberto Romboli y Gianluca Famiglietti, reconocidos y connotados constitucionalistas de su país. Lo anterior significa, que por estos momentos, no he pensado una decisión en tal sentido. Sin embargo, no descarto una posibilidad futura, en retornar al debate político, tan escaso en la actualidad, no solamente por el déficit de liderazgos, sino por la mediocracia que impera y domina la política. Hoy la política colombiana le sobran negociantes y le faltan líderes con vocación sincera de pensar en el interés general. O si no, miremos nuestro Congreso de la República y los personajes que lo conforman, da grima, como las decisiones legislativas del país, se encuentran en manos de las personas equivocadas.
Fuente: La W