El sabor de mi Barranquilla
La tarde de aquel sábado de un diciembre lejano en que mi padre me llevó, con Ma. Caamaño, mi madre, y mis hermanos, a paladear un vaso de vidrio repleto de frozzo malt en la entonces, única, sede de la Heladera Americana, situada en una casona republicana de la calle San Blas entre Progreso y Veinte…
