Los Llinás: la saga continua

Te bendeciré muchísimo. Tu descendencia será tan numerosa como las estrellas del cielo y como la arena del mar. Además, tus descendientes poseerán las ciudades. Génesis 22:17.

Una saga es una narración que se centra en el origen, desarrollo y las vicisitudes de una familia a lo largo del tiempo, abarcando con frecuencia varias generaciones. Un ejemplo destacado es Raíces (Roots: The Saga of an American Family), novela histórica publicada en 1976 por el escritor estadounidense Alex Haley. La obra relata la historia de Kunta Kinte, un joven mandinga del siglo XVIII que fue capturado en su aldea natal de Juffure, en África Occidental, y llevado como esclavo a Norteamérica. A través de sus páginas, se sigue no solo la vida de Kunta Kinte, sino también la de sus descendientes en Estados Unidos, hasta llegar al propio Haley.

El autor afirmaba ser descendiente de séptima generación de Kunta Kinte. Para escribir su novela, dedicó doce años a una rigurosa investigación que incluyó viajes intercontinentales, entrevistas y trabajo de archivo. Haley durante su estancia en Juffure, escuchó el relato de un griot —el historiador oral de la tribu—, quien le narró la genealogía familiar y los acontecimientos en torno a la captura de su ancestro.

De manera similar a las vivencias de Haley, la familia Llinás rememora su propia saga generacional. Este sábado 16 de agosto del presente año se celebrará el quincuagésimo aniversario de la Llinás Asociación de Integración Familiar, una organización dedicada a preservar, fortalecer y proyectar los valores y tradiciones que conforman el legado del linaje Llinás.

Con motivo de esta significativa fecha, se han realizado diversos actos conmemorativos que buscan no solo rendir homenaje a medio siglo de trayectoria, sino también reafirmar el compromiso de sus miembros con la integración familiar, la transmisión intergeneracional de valores y el fortalecimiento del sentido de pertenencia. La asociación tiene como propósito fundamental rescatar la memoria histórica de la familia, fomentar la unión entre sus generaciones y continuar enriqueciendo un legado que ha sido construido con esfuerzo, amor y visión futurista.

Me impulsa a escribir el orgullo de pertenecer a esta fascinante saga familiar, ya que desciendo del tronco común formado por Don José Vicente Llinás y López y María Josefa Pertuz Ahumada. Mi vínculo genealógico proviene de la rama de su hijo, José Vicente Llinás Pertuz, quien junto a Ana Mercado tuvo a María Llinás Mercado. Esta, a su vez, se unió a Antonio Luque Martínez, de cuya unión nació mi abuela, Francia Luque Llinás. Su hija, Mariana Barros Luque, es mi madre, lo que me hace heredero de una rica y significativa historia familiar que hoy reconozco y valoro con profundo orgullo.

Al explorar mis orígenes, descubrí que el apellido Llinás, tiene raíces profundamente arraigadas en la historia, es probable que su origen sea catalán o valenciano, además, se considera un apellido toponímico, es decir, que proviene de un lugar geográfico. Se cree que viene del pueblo de Llinás, una localidad situada en la región de Cataluña, España, sin embargo, no se ha podido determinar con certeza cuál es el sitio exacto que dio origen al nombre.

Este apellido, que guarda resonancias históricas y culturales, ha trascendido fronteras con el paso del tiempo, extendiéndose también a diversas regiones de América Latina, donde ha echado nuevas raíces y continúa formando parte del legado identitario de muchas familias, entre ellas la mía. Esta búsqueda no solo me ha permitido comprender mejor mis raíces, sino también valorar la riqueza histórica y simbólica que encierra un apellido que religa a una familia.

Otras teorías afirman que el apellido Llinás proviene etimológicamente de la palabra “llano“, cuyo significado hace referencia a una superficie plana o nivelada, lo que refuerza su carácter toponímico vinculado a atributos geográficos. Los relatos históricos muestran que la familia se establece en Colombia durante el siglo XVI, probablemente como parte de los procesos de colonización española, y desde entonces ha tenido una presencia significativa en diversas regiones del país.

A lo largo de los siglos, los descendientes de Llinás han contribuido de manera notable al desarrollo político, social y cultural de Colombia, participando en distintos ámbitos y dejando una huella que se extiende desde la época colonial hasta nuestros días. Este legado de compromiso, liderazgo y pertenencia ha permitido que el apellido Llinás no solo perdure en el tiempo, sino que también siga siendo sinónimo de identidad, historia y proyección familiar en el contexto nacional.

A lo largo de la historia, los Llinás han dejado una profunda huella en diversos ámbitos de la vida nacional, destacándose como líderes políticos, militares, empresarios, artistas y científicos como Rodolfo Llinás Riascos. Su influencia ha sido notable en la construcción del país, tanto en el ámbito público como privado, participando activamente en los procesos sociales, económicos y culturales que han marcado distintas épocas de la historia colombiana.

Existen al menos dos grandes ramas genealógicas que marcan la presencia del apellido Llinás en Colombia. La primera ubica al español Francisco Llinás como el pionero de la familia en territorio colombiano; nacido en 1550, se sabe que fue comerciante de profesión y tuvo dos hijos, aunque los detalles sobre su vida en América son escasos. La segunda, más documentada y con un arraigo profundo en la región Caribe, corresponde a la saga conocida como “Los Llinás de Sabanalarga“, una familia con fuerte presencia histórica en el municipio de Sabanalarga, en el departamento del Atlántico.

Esta línea se origina con el arribo a nuestras tierras del Teniente de Navío español Don José Vicente Llinás y López, quien se estableció en dicha población, donde conoció y contrajo matrimonio con María Josefa Pertuz Ahumada. De esta unión nacieron Juan José del Carmen, Nicolás de Bari, Vicente José y Mariana Josefa Llinás Pertuz, consolidando así una descendencia que con el tiempo se expandiría y contribuiría significativamente al desarrollo social y cultural de la región caribe colombiana.

La novela histórica La Noche del Pasado, escrita por el pensador sabanalarguero César Insignares Ripoll, narra la vida de diversas familias de Sabanalarga a comienzos del siglo XIX, en sus páginas hace una significativa mención a María Josefa Pertuz Ahumada, a quien el autor presenta como una mujer de “rara belleza”. En su obra relata cómo se conocieron María Josefa y Don José Vicente quien quedo cautivado por ella, por lo que decide radicarse en Sabanalarga.

Insignares recrea con detalle el momento en que ambos contraen matrimonio, ceremonia que —según su relato— tuvo lugar el tercer domingo del mes de febrero en el año 1822 y fue oficiada por el hermano de la novia, el presbítero Julián José Pertuz Ahumada. Este pasaje literario no solo ofrece una mirada íntima a los orígenes de una de las ramas más emblemáticas de la familia Llinás en Colombia, sino que también enriquece el imaginario histórico de la región al entrelazar la ficción con datos verosímiles y tradiciones orales.

Es interesante la biografía y orígenes de Doña María Josefa Pertúz Ahumada quien nació en la villa de Sabanalarga a finales del siglo XVIII, en el seno de una familia con profundas raíces en la región Caribe. Era hija de José de la Concepción Pertúz y de María Antonia de Ahumada Manotas, nieta de Juan Antonio de Ahumada y María Lorenza Manotas Machado. A través de su línea materna, fue bisnieta de Don Pedro Josef Manotas y de Efigenia Genoveva Machado, considerados el tronco principal de la familia Manotas en Colombia, una de las estirpes fundadoras con mayor presencia e influencia en la vida social y política del Caribe colombiano. Tanto sus abuelos como sus bisabuelos maternos aparecen registrados en el censo de 1777, el cual se realizó por orden del Virrey Eslava en Sabanalarga y otras localidades.

Entre sus hermanos se cuentan Lucía Fermina, Petrona Josefa y el presbítero Julián José Pertúz Ahumada. El 13 de mayo de 1858 falleció en su tierra natal, esta mujer representa la raíz común de todos los Llinás descendientes de esta saga. Su legado, tanto por su ascendencia como por su rol como matrona fundacional, sigue vivo en la memoria familiar y en la historia regional.

A lo largo de la historia, los Llinás han dejado una profunda huella en diversos ámbitos de la vida nacional, destacándose como líderes políticos, militares, empresarios, artistas y científicos como Rodolfo Llinás Riascos. Su influencia ha sido notable en la construcción del país, tanto en el ámbito público como privado, participando activamente en los procesos sociales, económicos y culturales que han marcado distintas épocas de la historia colombiana. Figuras con este apellido han ocupado cargos de relevancia, han impulsado proyectos innovadores y han contribuido al desarrollo de las regiones donde se establecieron, convirtiéndose en referentes de liderazgo, emprendimiento y compromiso con el bienestar colectivo.

Además de su protagonismo en el poder y la producción, los Llinás han tenido un impacto significativo en la cultura colombiana, aportando desde distintas expresiones como la literatura, la música, la educación y la investigación científica. Como se ha venido indicando el apellido Llinás llega a Colombia por diversas vías y en diferentes momentos históricos, esto ha dado lugar a múltiples ramas familiares asentadas en diferentes regiones del país y el mundo. Esta diversidad de trayectorias ha enriquecido aún más el legado del apellido, cuyo prestigio sigue vigente gracias al talento, la dedicación y el espíritu de servicio que ha caracterizado a sus descendientes.

3 thoughts on “Los Llinás: la saga continua

  1. Enhorabuena por ese recorrido histórico-familiar. Buen ejercicio de reconocimiento de los ancestros y el orgullo de saberse parte de una saga cuyas raíces profundas muestran un sentido de identidad. De dónde venimos, quiénes somos, son preguntas que no le quitan el sueño a muchos, que digamos por la existencia en presente y futuro, sin tener la delicadeza de recordar el largo camino del pasad. Interesante relato de la presencia familiar a partir del apellido Llinás.

  2. Estimado amigo siempre es interesante ver el recorrido de nuestros orígenes familiares es una identidad que no debemos olvidar, buen trabajo, aquí te dejo una reflexión y un dato personal de la familia.
    Al parecer tenemos una preocupación o duda que siempre nos acompaña sobre nuestro origen familiar, dejar en claro, que el origen de la vida que ya es otro asunto más simple que el de la evolución, en mi caso aseguro no tener la menor duda razonable sobre mi relacion filial de que mis antecesores tengan algún vínculo alguno con los simios, el chimpancé, los orangutanes o el perdido hombre de Neandertal.
    Ser creado a “imagen y semejanza de Dios” significa que los seres humanos, como parte de la creación, poseen atributos y cualidades que los diferencian de los animales y el resto del mundo natural, como la inteligencia, la voluntad, la capacidad de razonar y la libertad de elegir. También implica un valor intrínseco, una dignidad incomparable y una capacidad única para tener una relación de pacto con Dios.
    El texto bíblico que menciona que los seres humanos fuimos creados a imagen y semejanza de Dios es Génesis 1:26-27. En estos versículos, Dios dice “Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza” y luego, en el versículo siguiente, se especifica que los creó “hombre y mujer los creó”.
    En cuanto al sentir genealógico de nuestro origen familiar en un tema fascinante, es bueno recordar que nuestra herencia es generalmente española, nos legaron un idioma, hábitos y costumbres que perduran hasta nuestros días.
    Tengo un sentimiento especial por mi familia materna, mis abuelos, nacidos en la provincia de Galicia, en los municipios de Lugo y Puerto Villalba donde hay un legado y una tradición que ellos han logrado establecer, una costumbre con el fin de no olvidar el origen de la familia,
    celebran todos los años durante 15 días un tipo de jubileo (Aniversario de un acontecimiento notable), que se le ha llamado LA PRIETADA, en referencia a los que llevamos el apellido PRIETO por el mundo y que somos originarios de esa geografía de la Península Ibérica.
    Se trata de una reunión familiar privada o costumbre heredada, más que un evento público o institucional, pero que refleja el sentir de pertenencia y el interés de mantener vivo un sentimiento de unidad y no olvido ya que es muy común que se borren las huellas a través de los tiempos

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