Soy egresado de la Licenciatura en Ciencias Sociales y Económicas de la Facultad de Educación de la Universidad del Atlántico, donde cursé, además, un doctorado y durante una década fui directivo, desde Decano a Vice-rector. Es decir, es mi universidad y la de mi familia, por tanto, su destino me interesa, más allá de los afectos que me vinculan con nuestra Alma Mater.

Nuevos estudiantes
La Universidad del Atlántico, de creación Departamental (Ordenanza No. 042 de 1946) es, desde 1991, un ente universitario autónomo, no sólo por el principio constitucional consagrado en el artículo 69 de la Carta Política vigente, sino por la Ley 30 de 1992 (art. 28) y, lo más importante, por sus propios estatutos, modificados en el año 2007, mediante el Acuerdo Superior No.04, con el objetivo: ser autónoma y dejar de ser un Establecimiento Público.
Esta condición constitucional, legal y estatutaria, de ser ente autónomo, muy poco es respetada, no tanto al interior de la comunidad universitaria, sino por las autoridades de los otros poderes estatales, en especial el ejecutivo, ya sea Nacional o Departamental, pues los gobernadores y ministros, por el hecho de presidir las sesiones del Consejo Superior y tener voz y voto en el mismo, se abrogan, para si, ser “amos” y “señores”, también, del poder universitario.
Es claro que la autonomía universitaria, en Colombia, es un principio constitucional, lo que significa que su interpretación y aplicación es flexible. Que el único control que se admite es el del ministerio de educación nacional en el ámbito académico y administrativo-financiero. más no en la escogencia de su propio gobierno, él cual se expresa en el Consejo Superior (cuando sesiona) y en la rectoría como la representación legal institucional.
La rectoría de la Universidad tiene una historia interesante, como “rectores” que se posesionaron y nunca ejercieron, ni tomaron decisión alguna. Otros que repitieron cargos y otras curiosidades. La Universidad desde su creación al presente ha tenido 67 rectores, 20 de ellos han sido en calidad de encargados y solo dos mujeres han ocupado tal dignidad, pues un rector tiene mejor sueldo que el mismo Gobernador.

Estudiantes disfrutando
En esa larga historia fueron rectores titulares reconocidos profesionales de la Región Caribe y del país. Recuerdo a unos de ellos: Julio Enrique Blanco (fundador), Rafael Tovar Ariza, Ernesto Cortissoz, Roberto Mac Causland, Juan B. Fernández Renowitzky, José Consuegra Higgins, José Lacorazza Varela, Carlos J. Maria, Esteban Paéz Polo, Ana Sofia Mesa, entre otros. Los rectores, antes de la actual Constitución Política, eran nombrados por el Gobernador Departamental. Ahora, son elegidos por los miembros del consejo superior universitario, con votación de mayoría.
La Universidad desde su creación al presente ha tenido 67 rectores, 20 de ellos han sido en calidad de encargados y solo dos mujeres han ocupado tal dignidad, pues un rector tiene mejor sueldo que el mismo Gobernador.
Al actual rector se le vence, el próximo octubre, el período de cuatro (4) años para el que fue elegido por las mayorías universitarias al interior del Consejo Superior. La reciente modificación del artículo 29 del nuevo estatuto general, luego de una ardua polémica en los estrados judiciales y ante la Procuraduría Regional, introdujo la figura de la reelección, inmediata o posterior, abriendo la eventual posibilidad de su postulación a la rectoría.
En ese orden de las cosas, desde el primer día del presente mes de agosto se desarrolla el calendario electoral al interior del Alma Mater, no solo para elegir rector, sino a representantes de los estamentos universitarios ante los cuerpos colegiados de la institución, que cuenta con más de 20 mil estudiantes tanto en pregrados como en postgrados. Las elecciones para la rectoría serán el 2 de octubre en las tres sedes de Barranquilla: Ciudadela, Veinte de Julio y Bellas Artes.
Solo a principio del próximo septiembre, según el calendario, se conocerán los elegibles. Pero ya se conoció el nombramiento de una rectora ad hoc, para atender el proceso electoral, que se vislumbra candente. Esperemos las propuestas que conduzcan a una mejor educación superior para la juventud del Atlántico, el Caribe y el país.
La permanencia en un cargo público de importancia, como lo es la rectoría de una Universidad Estatal, siempre va a generar aspiraciones, más allá de las expectativas personales en el ejercicio del poder. De ahí, que las circunstancias de repetir rectoría se hayan aglutinado, sin asombro, sobre el actual rector, cuya gestión administrativo-académica cuenta con el respaldo entre estudiantes, profesores, directivos, egresados y hasta los gremios económicos quienes votaron por la reelección al reformar el Estatuto del 2021.
El principio constitucional e histórico de autonomía universitaria significa, a mi entender, que el poder ejecutivo perdió la facultad de “imponer” rector en las Universidades Públicas que están en capacidad jurídica y política de elegir sus propias autoridades. Un gobernador, un ministro o un Presidente de la República no designan rector, éste proviene de la libertad (sapere aude) de sus estamentos básicos que tienen el deber de hacer respetar tal principio conquistado, históricamente, con sangre en las calles y pensamiento crítico en las aulas.
La próxima: Dos nobeles de literatura criados desde niños por abuelos maternos.

El escrito sobre la rectoría de la Universidad del Atlántico ha captado mi interés. Como egresado de la Licenciatura en Educación con especialidad en Ciencias Sociales y Económicas, adscrita a la Facultad de Educación de la Universidad del Atlántico, sigo de cerca el acontecer de esta institución. Además, tuve la oportunidad de desempeñarme como docente ocasional en el programa de Filosofía. Es decir, es mi Alma Máter, y por ello el futuro de esta noble institución me resulta de especial interés.
Se trata de un tema de gran actualidad, y esperamos que el nuevo rector esté a la altura del reto y contribuya a engrandecer a la Universidad del Atlán
Tu escrito sobre la rectoría de la Universidad del Atlántico ha captado mi interés. Como egresado de la Licenciatura en Educación con especialidad en Ciencias Sociales y Económicas, adscrita a la Facultad de Educación de la Universidad del Atlántico, sigo de cerca el acontecer de esta institución. Además, tuve la oportunidad de desempeñarme como docente ocasional en el programa de Filosofía. Es decir, es mi Alma Máter, y por ello el futuro de esta noble institución me resulta de especial interés. Se trata de un tema de gran actualidad, y esperamos que el nuevo rector esté a la altura del reto y contribuya a engrandecer a la Universidad del Atlántico.