A lo largo de la historia, la religión ha sido una vía hacia la espiritualidad, pues ayuda a explicar aquello que no entendemos y da sentido a lo que experimentamos. Las religiones en general, suelen involucrar la adoración de una figura divina y la práctica de ceremonias rituales. La religión comprende un conjunto de creencias, costumbres y maneras de estar en el mundo, que conecta a las personas con su fe y sus virtudes morales. El fenómeno religioso, está presente en las culturas, va desde las religiones organizadas con estructuras complejas hasta las prácticas personales más sencillas. Surge de la necesidad humana de entender el mundo que nos rodea y encontrarle propósito al mismo. Es importante que la religión sea enseñada y estudiada en el ambiente escolar. Tener un conocimiento de las distintas religiones contribuye a valorar nuestras propias creencias, a reflexionar sobre cómo se han establecido, a través del tiempo y sus influencias en las sociedades actuales.
La religión ocupa un lugar importante en la escuela y es un elemento clave en la formación integral del estudiante. La educación religiosa propicia un aprendizaje que contribuye a que las actitudes y habilidades y conocimientos desarrollados amplíen su visión de la realidad. Las religiones se sustentan en una visión profunda de la dignidad humana, centrada en la búsqueda del bienestar común y la práctica de la solidaridad.
Aunque la religión es un componente importante del currículo escolar, la libertad de conciencia y de cultos protege el derecho de los estudiantes y brinda la autonomía necesaria para que los padres elijan el tipo de educación que quieren para sus hijos. La educación religiosa forma parte de los planes de estudio en muchos países de América Latina. Se trata de una disciplina académica que tiene un enfoque formativo, promueve el desarrollo integral, fomenta la comprensión del fenómeno religioso y respeta el contexto cultural del estudiante.
La enseñanza de la Religión en la escuela favorece la práctica de valores y virtudes sociales relacionadas con el amor, el respeto y la obediencia entre las personas, desempeña asimismo un papel fundamental en la formación integral del educando. La educación religiosa se relaciona con el impacto que tiene la orientación espiritual de los padres en las diversas facetas de la vida hogareña. Despierta en los estudiantes el interés por conocer, comprender y vivir su propia fe, también promueve el respeto de las distintas creencias religiosas y reflexiona sobre el sentido de la vida. La educación religiosa es una disciplina académica que integra la dimensión espiritual con la religiosa, apunta a la formación integral de los estudiantes y tiende puentes entre la fe y la razón.
En las instituciones educativas, la enseñanza de la religión debe impartirse con un enfoque laico, es decir, respetando la diversidad de creencias. Sus contenidos deben centrarse en el estudio histórico, cultural y social de las distintas religiones, promoviendo la comprensión del fenómeno religioso como parte fundamental del desarrollo de las civilizaciones y de la identidad de los pueblos. La enseñanza de la religión no debe estar orientada a imponer una doctrina específica. Es necesario ofrecer alternativas pedagógicas a los estudiantes, que debido a sus convicciones personales o religiosas, opten por no recibir formación religiosa, garantizando así el respeto a la libertad de conciencia, principio esencial para cualquier sistema educativo.
El valor de la educación religiosa radica en que proporciona a las comunidades educativas un marco de orientación para la vida. A través de ella se promueven valores fundamentales como el amor, la caridad, la misericordia y el respeto del otro. Aspectos que encauzan el comportamiento moral y fomentan la sana convivencia. Además, la religión impulsa la formación de comunidades solidarias, es un bálsamo en los momentos de dificultad e influye significativamente en la cultura. También ofrece respuestas a preguntas esenciales relacionadas con el sentido y las dificultades de la vida.
La educación religiosa se propone analizar las creencias de las personas y cómo estas influyen en sus formas de vida. Facilita a los estudiantes el desarrollo de conocimientos, actitudes y habilidades, que los prepare para abordar grandes temas como el origen de la vida. Para las escuelas, la educación religiosa es una herramienta valiosa porque contribuye al desarrollo integral de los estudiantes. Enseña a respetar a los demás y a tolerar las diferentes posturas y creencias presentes en la sociedad. Además, amplía su conocimiento sobre asuntos globales, fomenta una reflexión profunda sobre los principios que orientan a la humanidad, promueve el bienestar general y la realización personal.
Sus contenidos deben centrarse en el estudio histórico, cultural y social de las distintas religiones, promoviendo la comprensión del fenómeno religioso como parte fundamental del desarrollo de las civilizaciones y de la identidad de los pueblos. La enseñanza de la religión no debe estar orientada a imponer una doctrina específica. Es necesario ofrecer alternativas pedagógicas a los estudiantes, que debido a sus convicciones personales o religiosas, opten por no recibir formación religiosa, garantizando así el respeto a la libertad de conciencia, principio esencial para cualquier sistema educativo.
Las creencias influyen profundamente en nuestros valores, se reflejan en nuestras palabras y acciones. Como asignatura, la educación religiosa tiene un valor propio, pues, permite desarrollar conocimiento y comprensión de las distintas religiones presentes en las sociedades contemporáneas. Además, la enseñanza de la religión contribuye al desarrollo personal y al bienestar emocional de los educandos, al tiempo que fortalece su cohesión social. Promueve el respeto mutuo y la tolerancia en contextos culturales diversos, y ofrece espacios para la reflexión personal y el crecimiento espiritual. Asimismo, permite profundizar en la comprensión del rol que tiene la religión en las actuaciones de las personas.
La Constitución Política Colombiana, en sus artículos 18, 19 y 27, consagra la libertad de conciencia, culto, enseñanza-aprendizaje y cátedra. En este marco, ninguna persona puede ser molestada por sus convicciones, obligada a revelarlas ni compelida a actuar en contra de su conciencia. Por ello, se garantiza el derecho de toda persona a profesar libremente su religión y a difundirla, asegurando que el Estado respete y proteja la libertad de enseñanza. Asimismo, los artículos 67 y 68 de la Constitución establecen que la educación es un servicio público con una función social que busca el acceso universal al conocimiento, la ciencia, la técnica y a los demás bienes y valores culturales. Estos artículos también reconocen el derecho de los padres a elegir el tipo de educación que desean para sus hijos menores. En este sentido, se estipula que en los establecimientos educativos ninguna persona podrá ser obligada a recibir educación religiosa, respetando así la libertad de conciencia y el derecho a la diversidad educativa.
En Colombia la Ley General de Educación desarrolla y respeta los principios constitucionales mencionados anteriormente, partiendo de la concepción de que la educación es un proceso integral, permanente, personal, cultural y social en la formación de la persona humana. Por ello, establece las normas generales para regular este servicio público, atendiendo a las necesidades e intereses de las personas, las familias y la sociedad. El servicio educativo abarca el conjunto de normas jurídicas, los programas curriculares, la educación formal por niveles y grados, así como la educación no formal e informal. Incluye también a los establecimientos educativos tanto privados como estatales, además de los recursos humanos, tecnológicos, metodológicos, materiales, administrativos y financieros, que se organizan en procesos y estructuras orientados a alcanzar los objetivos educativos.
En este marco, la educación religiosa se imparte conforme a la Ley Estatutaria que garantiza el derecho a la libertad religiosa y de cultos, la Ley 133 de mayo de 1994. Complementa otras áreas del conocimiento al ofrecer una visión holística de la realidad que abarca los aspectos cognitivos, emocionales y sociales, permitiendo al individuo encontrar un sentido profundo a su vida y actuar en el mundo desde una perspectiva ética y de respeto hacia los demás. La educación religiosa contribuye a la formación integral al desarrollar la dimensión espiritual y trascendente del ser humano, fortaleciendo valores éticos, morales y la identidad personal.
Al fortalecer principios éticos como el respeto, la solidaridad, la empatía y la responsabilidad, la educación religiosa ayuda a la formación de ciudadanos conscientes, comprometidos y capaces de convivir en una sociedad diversa y plural. Por esta razón, resulta indispensable garantizar su continuidad dentro del proceso educativo, asegurando así una formación completa y equilibrada que prepare a las personas para enfrentar los desafíos personales, sociales y culturales de manera íntegra y respetuosa.
En suma, la educación religiosa no solo enriquece el conocimiento académico, sino que también fortalece el tejido social y contribuye a la construcción de un mundo más justo y humano. También, desempeña un papel fundamental en la formación integral de la persona, ya que no solo contribuye al desarrollo de su dimensión espiritual y trascendente, sino que también moldea rasgos esenciales del carácter, asimismo desarrolla principios, valores y actitudes que influyen en la esfera de lo individual y en lo colectivo.

Este ensayo sobre la religión tiene como epicentro que su estudio es parte esencial de la educación integral. El estudio de la religión, o religiones, implica llevar el aprendizaje religioso como una contribución al desarrollo humano. es difícil hablar de una integralidad cuando se reduce la enseñanza a las ciencias, las matemáticas y las humanidades. La religión implica la reflexión asumida de Dios en la familia, la escuela. Generalmente desde estos escenarios se nos impone una religión junto con un paquete de creencias. Pero la religión va mucho más allá y es parte de una reflexión interior y una comprensión justa del tema social. Cualquiera que sea la religión que se practique – creo – que hace parte de unos preceptos justos que llevan a una sensibilidad social y espiritual, hoy tan necesaria. Creo que una manera de llegar a Dios, por ejemplo, es confrontar la lectura de los textos bíblicos con la experiencia social, lo que viene a implicar el desarrollo de una sensibilidad que cuestiona las guerras religiosas, la maldad de las personas, el desamor al prójimo, la intolerancia que habita en el corazón del hombre. Y si no hay un Dios preferencial, es tan necesario la meditación humana y las acciones con el sello de la esperanza, el optimismo y la paz. Es difícil definir el concepto de religión, pero más difícil el accionar desde la bondad humana desde el perdón y la cooperación humana. Como siempre estimado Rica, tu trabajo ejerce una sinergia en el pensamiento y por ende en las reflexiones que puedan evocarse desde tus escritos rigurosos.
Excelente Columna Periodística….Deja una Gran Enseñanza 👍👍👍