¿Cómo eliminar tu miedo, estrés, ansiedad y depresión?

RÍES (Respira, Inhala, Exhala, Suspira) Estrategia de la Configuración Compasiva para vivir de manera plena

Dolor y sufrimiento

El dolor y el sufrimiento son vivencias y experiencias. La alegría, el placer y la felicidad, también. Todas las experiencias son transitorias, ninguna perdura en el tiempo, no son vitalicias. De esta manera, en un momento determinado estamos alegres, y en el momento siguiente estamos tristes, y luego sentimos placer, y acto seguido sentimos dolor. Ningún sufrimiento es eterno. La felicidad tampoco. Solo existen momentos, instantes, situaciones, eventos, que nosotros sentimos como agradables o dolorosos. Ni el placer ni el dolor son perpetuos.

No existe una esencia humana ni un ser, lo que vemos en los demás es el predominio de determinadas biopraxis (acciones, vivencias y experiencias), pero también cada persona despliega otras biopraxis incompatibles. No existe una ontología o una condición humana. Lo único que existe es cada vivencia y experiencia del aquí-ahora. La esencia y el ser que percibimos en los demás, es solo una configuración conceptual comprensiva (ilusión, ficción)

Todo es transitorio en la vida. Todo cambia. La felicidad está más relacionada con adaptarse al cambio y disfrutar lo transitorio, que con aislarse de las situaciones cambiantes. Es evidente que con cada cambio algo se pierde, pero también algo se gana. Cuando algo o alguien se van de nuestra vida, dejan un espacio vacío para que otra cosa u otra persona lo ocupen. Así que no debemos preocuparnos por los acontecimientos que desaparecen. Todos los eventos son transitorios. La transitoriedad es un atributo del vivir humano.

No vivas esperando recibir algo específico, vive sin expectativas, disfruta lo que vivencies, se feliz con lo que experimentes, y no tengas expectativas de recibir algo en tu vida, para que disfrutes el proceso y no sientas malestar por el resultado. Uno no puede vivir esperando algo concreto, porque sufre.

La causa del dolor y el sufrimiento no es lo que nos pasa, sino lo que pensamos sobre lo que nos pasa. Si una hierba le grita a una flor que es una hierba, por esa razón la flor no se convierte en hierba. La flor sigue siendo flor, aunque le griten hierba. Y si se siente hierba es porque algo de hierba tiene en su interior. De lo contrario, no debe ofenderse, debe seguir sintiéndose flor.

El sufrimiento es inmanente a la existencia humana. Para ser felices y mitigar el sufrimiento debemos configurar un estado de bienestar que incluya y acepte el dolor. Debemos experimentar el placer sin apegarnos a él ni depender de su continuidad. Debemos experimentar el dolor sin resistirnos a él ni aspirar a su eliminación. Esto se logra mediante la ecuanimidad: vivir sin apego el placer, y vivir sin resistencia el dolor. La ecuanimidad permite vivir en el placer y en el dolor, sin sufrimiento.

Pensar es falta de presencia, pensar causa daño

El ser humano, cuando piensa, no es él quien está pensando. Es la mente quien piensa, no el Ser. 

La mente genera pensamientos a chorros, siempre lo hace, pero más si está distraída, preocupada, loca. A veces anda ansiosa y alocada, por eso produce una afluencia de pensamientos locos. Uno puede observarlos y dejarlos pasar, no quedarse con ellos, para no provocar depresión ni angustia. 

La mente nunca para, nunca se detiene, de ella siempre están brotando pensamientos, sin que uno quiera pensar, ya sean pensamientos sobre pasado o pensamientos sobre el futuro. 

A los pensamientos sobre el pasado los llamamos recuerdos, los cuales generan mucha nostalgia, tristeza y depresión. A los pensamientos sobre el futuro los llamamos anhelos o sueños, ilusiones o esperanzas, intenciones, propósitos, visualizaciones, deseos o expectativas. Estos generan ansiedad y angustia, desespero.

La mente nunca piensa en el presente. Es el ser humano quien debe lograr la presencia, observando, estando atento, meditando. 

Cuando observamos nuestros pensamientos y somos conscientes del aquí-ahora que vivimos, logramos la presencia, la atención y concentración que calman la mente. 

Solo la conciencia presente puede detener la carrera desenfrenada de la mente hacia el abismo y el caos. Observación, presencia, atención, concentración, conciencia y meditación, son los únicos seis jinetes que pueden enfrentar la mente inquieta y detenerla.

Para lograr lo anterior, he creado una estrategia basada en observar la respiración, que es lo único que garantiza aquietar la mente. Inhalar, exhalar y suspirar. Por eso a esta estrategia le he llamado RIES, que son las iniciales de Respira, Inhala, Exhala y Suspira. 

RÍES (Respira, Inhala, Exhala, Suspira) es la estrategia de la configuración compasiva, útil, relevante y pertinente para disipar el miedo, el estrés, la ansiedad y la depresión.

RÍES (Respira, Inhala, Exhala, Suspira): estrategia de la configuración compasiva 

Para aplicar esta estrategia debes desarrollar cuatro acciones esenciales:

a) Observar/contemplar tu estrés, angustia y ansiedad. 

b) Sentir/vivenciar tu miedo, angustia y depresión. 

c) Aceptar/reconocer tu temor. 

d) Disfrutar tu bienestar, paz, sosiego y alegría. 

A continuación reflexiono sobre cada una de estas acciones y explico cómo desarrollarlas.

a) Observar/contemplar tu estrés, angustia y ansiedad 

Contemplar tus emociones es observarlas de manera atenta. Ver tu temor, mirarlo fijamente. No dejes de mirarlo. 

Recuerda que cuando contemplas una emoción aflictiva esta emoción se disuelve. Al observar la emoción, esta se disipa y no te causa daño, es algo lejano, no propio. La emoción está allí, pero no te toca, no le permites que te afecte, la dejas fuera de tu vida. Ese daño es un extraño al que no quieres sentir, lo aíslas, lo dejas quieto, y enseguida la emoción se aleja de tu vida.

b) Sentir/vivenciar tu miedo, angustia y depresión 

Penetrar tu estrés, acercarte a él. En vez de alejarte, vivir tu miedo. ¡Acógelo! Atiende tu miedo con humildad y bondad amorosa. 

Recuerda que cuando te alejas de tus emociones aflictivas, estas se hacen más grandes, poderosas y destructivas. En cambio, cuando sientes y vivencias tus emociones nocivas, estas comienzan a disiparse y disolverse.

c) Aceptar/reconocer tu temor 

Resignarte y renunciar a no sentir esa angustia y ansiedad. Siéntela. Ríndete. Resígnate. Tienes estrés. Tienes depresión, angustia y ansiedad. No lo niegues. Vive tu depresión. Vivencia tu angustia. Sé compasivo(a) con tu temor. No lo rechaces. Acoge tu ansiedad. 

Recuerda que cuando aceptas y reconoces tus emociones destructivas, estas comienzan a disolverse. 

Cuando observas/contemplas tu estrés, angustia y ansiedad; sientes/vivencias tu miedo y depresión; y aceptas/reconoces tu tristeza y temor; y lo haces con integridad, valor, rectitud, ecuanimidad y humildad; estás en condiciones de disfrutar tu bienestar, paz, sosiego, alegría y tranquilidad.

d) Disfrutar tu bienestar, paz, sosiego y alegría 

Para disfrutar tu bienestar, paz, sosiego y alegría, debes concentrarte en tu vivir aquí-ahora, estar presente aquí-ahora, con tu mente anclada a tu cuerpo, para que esta no divague en el pasado (generándote depresión y tristeza) o en el futuro (generándote angustia y ansiedad).

Debes reemplazar tus emociones aflictivas que te causan daño y te destruyen, por emociones bondadosas y compasivas. No te golpees tan duro. Ámate. Se compasivo(a) contigo. Vive en paz y tranquilidad.

Al aplicar esta estrategia en tu vida cotidiana, ya no sientes miedo. Se disipó tu temor y estrés. Ya no hay angustia. Nada que temer. Se disolvió tu miedo. Ya no hay ansiedad.

Estas acciones no son etapas lineales o secuenciales, son eslabones, son acciones configurativas, entrelazadas.

La estrategia RÍES (respira, inhala, exhala, suspira), o Configuración Compasiva, funciona para cualquier emoción negativa, para cualquier dolor, sufrimiento o malestar. 

Debemos incorporarla a nuestro diario vivir. Debe practicarse en tu aquí-ahora. No se trata de una técnica o herramienta para aplicarla 20 minutos diarios. Es una estrategia vital, una forma de vida, un estilo para vivir plenamente, en paz, armonía y tranquilidad, sin estrés, sin miedo, sin preocupaciones y sin ansiedad. La aplicación de esta estrategia te permite cambiar tu angustia por el sosiego.

En la configuración compasiva debes develar la acción/motivación que subyace tu aquí-ahora, para reorientar las vivencias, y que no sean tediosas y repetitivas sino fascinantes y formativas.

Debes tener presente que contemplar es observar de manera atenta, es estar presente en esas 6 configuraciones vitales, estar atento y consciente.

La clave es llenar los 6 espacios del aquí-ahora, las 6 configuraciones vitales. Llenar esas vivencias con acciones fascinantes y motivadoras:

Vista: contemplar lo que miras.

Oído: contemplar lo que oyes.

Olfato: contemplar lo que hueles.

Gusto: contemplar lo que comes.

Tacto: contemplar lo que tocas.

Mente: contemplar tu respiración.

Es muy sencillo de hacer. Con la práctica. Con tu voluntad.

RÍES. Respira. Inhala. Exhala. Suspira.

Así disuelves tu temor, estrés y ansiedad.

Contempla tu existencia.

Es bella la vida.

Y observa tu respiración.

Nada más.

Así disipas tu miedo, estrés, angustia, depresión y ansiedad.

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