Quinta esencia de la medicina

De las muchas supersticiones que debe liberarse el médico, la más grave es la superstición de la ciencia. Florencio Escardo.

Introducción

Por las redes sociales circula un video del economista cartagenero Aurelio Martínez Villegas, exrector de la Universidad de Cartagena, residente en los Estados Unidos, que refiere la historia de John un norteamericano que al no poder ser intervenido en la Cleveland Clinic de la ciudad de Weston en Florida, debido a sus escasos recursos económicos, los médicos de este hospital le aconsejaron buscara otra institución de salud para su operación de corazón abierto. En sus averiguaciones supo que en Colombia existía una Clínica en donde podía realizarse la cirugía con menores costos y la misma calidad técnica y científica de cualquier institución hospitalaria de los Estados Unidos. Escogió la sede en Cartagena de Indias de la Clínica Shaio por quedar a dos horas y media de Miami, no la principal de Bogotá. Logró que el equipo médico que lo atendía en USA se pusiera en contacto con los médicos colombianos para coordinar su intervención.

En suma, satisfecho por la gran calidad humana del personal médico que lo asistió y el éxito total de su delicada intervención, pasado el tiempo de recuperación volvió a la Clínica de la ciudad De Weston en donde había sido atendido inicialmente, para continuar el tratamiento posquirúrgico. Sorpresa grande se llevó Mr. John cuando al llegar a la recepción de Cleveland Clínic no encuentra personal alguno asistencial parecido al que tan amable lo acogió en Colombia y le toca, abismado, entregar su voluminoso expediente clínico a un humanoide con cuatro ruedas, un robot frio, insensible, inhumano. Quedo estupefacto, horrorizado.

Termina el cartagenero, narrador de esta historia, mencionando las palabras finales con que el paciente agradecido le contó la experiencia medica vivida en nuestro país. “Este gringo es un colombiano más” le dijo, maravillado.

Relación médico – robot

“Estas nítido” es expresión recurrente de un locutor deportivo que traigo a cuento en esta nota para contrastar la nítida diferencia que se da en una atención medica clínica, humanizada con relación a otra robótica, cibernética, despersonalizada. Está en riesgo, por no decir que se pierde, en la relación médico – robot, el encuentro empático de dos sujetos humanos que no solo tienen una dimensión biológica, somática, sino también una dimensión personal, anímica, que trasciende su frágil condición antropomórfica cuando le toca enfrentar la difícil coyuntura de la enfermedad, el dolor físico y el sufrimiento.

La atención médica, más allá de la connotación técnico-científica tradicional o la robótica – cibernética del siglo XXI, a la que ya estamos abocados, se basa, es en esencia, un encuentro de dos almas que se conectan: una en busca de ayuda y la otra con la noble misión de brindar esa ayuda. La ayuda que se pide y la ayuda que, en respuesta, se da la podríamos considerar “la quinta esencia” de la medicina como ciencia al servicio de la humanidad. Es misión del médico, en este sentido, tratar de entender la naturaleza humana del paciente y abordar sus necesidades físicas, emocionales y espirituales. Le corresponde ahora, con la medicina robótica, en vez de comprender y penetrar en el alma del enfermo, escudriñar el mundo algorítmico de una máquina que simula a un ser humano sin carnes, sin huesos y sin sentimientos. Me viene a la mente la definición de paciente del español Miguel de Unamuno: “Un ser humano de carne y hueso que padece y sufre”.

Quinta esencia de la medicina

En verdad la quintaesencia de la medicina no la encontramos en las fórmulas químicas o medicamentosas ni en los modernos instrumentos, por muy sofisticados que sean, sino en el amoroso arte de sanar, en la sanación del cuerpo y del alma.

Los adelantos técnicos, un robot, por ejemplo, en nada deben interferir la filia, el amor al hombre que habita en cada paciente que busca en el servicio médico de un profesional de la medicina la ayuda asistencial ante el deterioro de su salud e integridad.  La vocación científica no debe primar sobre la vocación de servicio, sobre la sensibilidad social que debe inspirar el accionar, el alma de un médico humanizado.

En verdad la quintaesencia de la medicina no la encontramos en las fórmulas químicas o medicamentosas ni en los modernos instrumentos, por muy sofisticados que sean, sino en el amoroso arte de sanar, en la sanación del cuerpo y del alma.

El éter

Según la ciencia griega y medieval, el éter es considerado el quinto elemento junto a la tierra, el agua, el aire y el fuego. El éter es la quintaesencia, que llena la región del universo por encima de la esfera terrestre.

En la mitología griega, se creía que el éter era la esencia pura que los dioses respiraban, llenando el espacio donde vivían, análogo al aire que respiraban los mortales.

Quintaesencia es el nombre latino del quinto elemento utilizado por los alquimistas medievales para un medio similar o idéntico al que se piensa para formar los cuerpos celestes. Se observó que había muy poca presencia de quintaesencia en la esfera terrestre. Esta teoría se desarrolló en el texto del siglo XIV “El testamento de Lulio”, atribuido al catalán Ramon Llull.

En el contexto de la medicina, este concepto se interpreta como la búsqueda de la esencia más pura de la curación, que va más allá de la simple administración de tratamientos.  La alquimia medicinal buscó entonces aislar la quintaesencia e incorporarla a la medicina y a los elixires. Debido a la calidad pura y celestial de la quintaesencia, se pensó que a través de su consumo uno puede deshacerse de cualquier impureza o enfermedad.

 Un proceso dado para la creación de la quintaesencia es la destilación del alcohol siete veces que llevo a la producción del alcohol dietílico o éter de uso anestésico por Ramon Llul. Con el paso de los años, el término quintaesencia se ha convertido en sinónimo de elixires, alquimia medicinal y de la propia piedra filosofal

Según el diccionario de la Real Academia, la quinta esencia es lo más puro, refinado y esencial de algo. Representa la última esencia o extracto que concentra la verdadera naturaleza de una cosa.

Filósofos como Cicerón asociaron la quintaesencia con el alma, por su movimiento perpetuo y su naturaleza inmaterial.

En algunas corrientes esotéricas, se ve como el principio vital que une lo espiritual y lo material.

La quintaesencia de la medicina lo más puro del Ars medica es aliviar el sufrimiento humano. El saber del médico se entrelaza con la compasión por el enfermo. Lo científico no se limita a lo biológico, va al encuentro de las emociones, de lo cultural y de lo espiritual

En la espiritualidad moderna se interpreta como la esencia del ser, el núcleo espiritual que busca la iluminación y la armonía universal.

Conclusión

Bienvenida la tecnología con su inteligencia artificial y sus robots. Son instrumentos que bien utilizados favorecen, sin duda, la atención médica para la deseable calidad del servicio de salud. El asunto por dilucidar son las implicaciones éticas de su uso, cuando todavía no existen códigos ni normas que los regulen. Esto es normal cuando históricamente la ética y la bioética van detrás, rezagadas a las innovaciones tecnológica y científicas.

Mi escrito busca llamar la atención en el sentido de que la compleja estructura mecánica del robot no puede reemplazar el alma del médico, ni de la enfermera, ni de la recepcionista del hospital. Que el androide se convierta en el motivo primero de atención del equipo de salud. Que por estar pendientes de lo sofisticado del robot y demás equipos nos olvidemos del alma del paciente.

La realidad es que ya encontramos especialistas a montones en que los estudios radiológicos o de radio imagen son su prioridad ante el interrogatorio y el examen físico del paciente; ya no los ven, ni los tocan, atentos solo a resultados, reportes de patología y datos de laboratorios que afanosos bucean en la pantalla del computador. Es evidente, lamentable, la tendencia actual a una práctica medica deshumanizada a costa de una seudo clínica mecanizada.

2 thoughts on “Quinta esencia de la medicina

  1. “La quintaesencia de la medicina” es una amena reflexión del doctor Teobaldo Coronado, basada en la experiencia de John, un ciudadano estadounidense que, al no poder ser atendido en la Cleveland Clinic, decide viajar a Colombia, donde recibe un tratamiento exitoso. En esta nota, el autor utiliza su historia para contrastar la clara diferencia entre una atención médica clínica y humanizada, frente a otra robótica, cibernética y despersonalizada.

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