Por: Edison Barceló Donado
“No se puede entender a Colombia sin pensar la relación entre los ríos y la gente que los habita. Hicimos una carretera sobre un delta y cometimos un crimen terrible… las comunidades de las culturas anfibias son tierra del olvido. Parecen invisibles, no los vemos”. (Carlos Vives – El mundo perdido de Cumbiana, Tráiler: min. 2:55 al 3:12)
Cómo es posible que ningún medio de comunicación ni en los municipios que conforman la cuenca del Río Magdalena no celebren su descubrimiento ocurrido un primero de Abril de 1501, por el colonizador sevillano RODRIGO DE BASTIDAS? Cuando este conquistador se topó con el Rio Magdalena, aun cuando en la época prehispánica ya poseía varios nombres, entre los cuales uno de especial significación: YUMA que quiere decir “Rio Amigo”; pero Bastidas lo llamó así en honor a María Magdalena y su desembocadura Bocas De Cenizas por lo turbio de sus aguas. Esta era muy ancha y profunda, claro no existían puertos ni mucho menos carreteras o vía Barranquilla – Ciénega.
Hoy, los gremios y portuarios de Barranquilla afianzados con poderes a nivel nacional y por cierta prensa o medios de comunicación, priman y muestran como panacea la constitución, vía A.P.P (Alianza Publica Privada, Ley 1508 del 2012) para la salvación y recuperación de la navegabilidad del Rio Magdalena, de Barranquilla a Barrancabermeja o hacia el interior del país.
Hay que recordar que mucho se ha escrito y discutido sobre los proyectos de dragado del Rio Magdalena con inversiones superiores al billón de pesos. Especialmente sobre el contrato de navelena, consorcio integrado por Odebrecht y Valorcon que resultó siendo todo un escándalo y fracaso, al punto que la corporación del Rio grande de la Magdalena, Cormagdalena liquidó el contrato de A.P.P. 001 DE 2014 con Navelena; desde entonces se ha intentado infructuosamente la adjudicación de un nuevo proyecto de recuperación navegable en nuestro Rio Magdalena.
Es trascendental indicar que Barranquilla el pasado 7 de abril celebró su cumpleaños de haber sido erigida en villa, mas no fundada, en el contexto de la lucha por la independencia nacional. Los barranquilleros al igual que todos los pueblos ribereños de la cuenca del río jamás celebran el descubrimiento del Río Magdalena. Cuando es preciso revelar que es la principal arteria de Colombia y que el 49% de la población depende directa o indirectamente de los servicios económicos y ambientales que la cuenca del Magdalena proporciona. Sin embargo, la clase dirigente política y gremial (Aso portuaria) del distrito de Barranquilla únicamente se han ocupado por décadas del dragado o mantenimiento del calado al acceso al puerto de Barranquilla y recientemente los portuarios del municipio de Sitio Nuevo del departamento del Magdalena. Calado en el cual se han invertido o hundido billones de pesos sin que ninguna veeduría ni los entes de control den cuenta de la eficiencia y la eficacia de tan ingentes recursos sólo en la pequeña porción que representa el sector portuario asentado en el Río Magdalena. Tan es así que se ha vuelto común escuchar o leer en los medios de comunicación las voces de auxilio de los portuarios sobre el supuesto peligro que representa para la ciudad la sedimentación del calado en la desembocadura del Río grande de la Magdalena.
Para mi parecer o sentir, ya es hora de que estos gremios busquen otra alternativa de inversión ya sea con el famoso puerto de aguas profundas en el mar caribe o trasladar toda su infraestructura a los puertos de los distritos de Cartagena o santa Marta, y todo ese billonario presupuesto invertirlo en los múltiples caños y ciénagas localizadas en todas las riveras o cuencas del Magdalena que representan una incalculable riqueza hídrica e ictiológica y así superar el riesgo de desabastecimiento de agua en Colombia, dada la alta tendencia a escasear el preciado líquido; sobre todo si observamos los datos del Instituto de hidrología, meteorología y estudios ambientales de Colombia (Ideam) que indican que para el año 2025 el 60% de los municipios sufrirán dificultades con el abastecimiento del agua.
en el distrito de Barranquilla se tiene la deformada idea que salvar el Rio consiste en construir malecones y avenidas en sus riberas solo para la explotación turística y disfrute de pocos
Definitivamente no es la A.P.P. la salvación del Río Magdalena. Esas inversiones solo abarcan el prisma de la navegabilidad fluvial, pero no representa la salvación o la recuperación de los eco-sistemas y de los servicios ambientales que presta el río para diversas actividades sociales y económicas de la población que habita la cuenca.
Es pertinente entonces traer a colación en el presente un INFORME PREVENTIVO realizado por la Procuraduría General de la Nación en el 2013 denominado “RÍO MAGDALENA INFORME SOCIAL, ECONOMICO Y AMBIENTAL”; elaborado minuciosa y metodológicamente por medio de instrumentos de recolección de información consistente en una encuesta de preguntas cerradas en su mayoría, con la que se buscó tener información de las autoridades ambientales (31 en la cuenca del Río), gobernaciones (22 gobernaciones donde existen municipios ribereños y no ribereños) y alcaldías de 128 municipios ribereños y de 468 no ribereños; en relación con aspectos sociales, económicos y ambientales que se afrontan en la cuenca. Tristemente se encontró que el 52% de los municipios ribereños vierten sus aguas directamente a las del Río y preocupante que el 63% de los municipios no realizan tratamientos previos de las aguas residuales antes de efectuar su disposición final, vertiéndolas al río; afectando negativamente la calidad de agua del río, pero sobretodo poniendo en riesgo la biodiversidad y a las poblaciones que dependen e interactúan directamente con nuestro río.
Como ya lo he dicho en otras oportunidades, especialmente cuando propuse la creación del área metropolitana de las riberas del Magdalena (Soloproposiciones.com 3 de octubre de 2020) debemos convertirnos en defensores acérrimos del Río Magdalena con sus ofertas eco sistémicas tal como lo hicieron los yariguíes, unas de las etnias (ya extinguidas o exterminadas) que mantuvo una férrea resistencia a la conquista española en la zona que corresponde al actual Magdalena medio cuyo primer contacto ocurrió en octubre de 1536, cuando Gonzalo Jiménez de Quesada llegó al territorio llamado por los yariguíes “La Tora”, que el conquistador denominó Barrancabermeja, quedando así marcado para la historia. En efecto y en memoria de esa desaparecida etnia debemos convertirnos en los actuales yariguíes del Río Magdalena, es decir ser sus guardianes más allá o al margen de las alianzas publicas privadas que pueda realizar el estado colombiano representado en Cormagdalena para la recuperación de la navegabilidad fluvial en el Río Magdalena y propender porque la recuperación sea integral. Primordialmente cambiar el paradigma de portuarios por encima de los verdaderos valores que representan el Río Magdalena para los colombianos.
Volviendo al tema del informe preventivo de la Procuraduría General de la Nación sobre el Río Magdalena, es desconcertante el desconocimiento que sobre sus jurisdicciones demuestran autoridades municipales, departamentales y ambientales. Sin duda este aspecto es un obstáculo a las oportunidades de desarrollo. A pesar de que Colombia cuenta con una legislación ambiental bien desarrollada en el sentido de su acoplamiento con la legislación internacional y los temas de vanguardia en materia ambiental, no se encuentra una política rectora encaminada a la protección y conservación sostenible de la cuenca de río Magdalena. Por ejemplo, en el distrito de Barranquilla se tiene la deformada idea que salvar el Rio consiste en construir malecones y avenidas en sus riberas solo para la explotación turística y disfrute de pocos
Desde este portal o tribuna vislumbro la idea que, así como existe la “Ley Emiliani” (Ley 51 del 22 de Diciembre de 1983) famosa porque logró trasladar los días feriados al próximo lunes de la fecha original, se festeje el primero de Abril de todos los años, como el día de los Ríos en Colombia, para que todas las ciudades o pueblos ribereños del territorio Colombiano se concienticen de cuidar y preservar todas las fuentes hídricas del país.
Tristemente la mayoría de los seres humanos no están viendo la destrucción que le hacen a la naturaleza, en este caso al río Magdalena, en los años venideros ese líquido precioso que no estamos cuidando los costará mucho dinero y es cuando miraremos hacia atrás y no podremos hacer nada. Me uno a la causa de salvar y de ser YARIGUIES para cuidar nuestro ríos. Cómo dice el viejo refrán ¡Todo vuelve a su cause!