Codicia. Palabra presidencial

  • ¡Tengan cuidado! —advirtió a la gente—. Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes. Lucas 12:15

Introducción

Me llama la atención que el presidente Gustavo Petro, utiliza en forma recurrente, fungiendo de moralista, el término “codicia” en sus discursos, veamos:

Octubre 4, 2024. En Montería, donde participó en el evento ‘Tierras para la reconciliación’ dijo que: “El ELN tiene más la codicia de Pablo Escobar que el amor del sacerdote Camilo Torres”.

Octubre 29 de 2024. En Cali en el acto de presentación de la Coalición Mundial Paz con la Naturaleza, COP16. “Es la codicia la que está guiando el quehacer alrededor de temas tan fundamentales como la crisis climática o la muerte de la biodiversidad, que no es más que la muerte de la vida, que no es más que la muerte de la humanidad, la codicia contra la vida, la codicia contra la humanidad”.

Marzo 22 de 2025. “La codicia, que es la cultura dominante del ser humano bajo el capitalismo, que solo es una época histórica de la humanidad, y como tal, va a finalizar. “… Ahora el final del capitalismo, porque es necesario para la humanidad superarlo, ya no nos sirve para vivir mejor; puede originar la muerte de todo lo viviente, simplemente por codicia. “, manifestó en su cuenta de X.

Abril 24 de 2025. Durante una intervención en Soledad, Atlántico declaró: “En mi corazón fui ingenuo, y ahora entendí que esa persona (Álvaro Leiva) que habló de mí nunca quiso nada conmigo, así son todos los oligarcas. La codicia mata a cualquiera”… “Los principales medios de comunicación de Colombia están rendidos a la codicia; por eso nos tratan tan mal y nos insultan…”

Mayo 13 de 2025. En la IV Reunión Ministerial de China y la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (CELAC), Petro criticó que se priorice “la importancia del dólar y la codicia en lugar de abordar los problemas ambientales y sociales que enfrenta la humanidad”.

 Junio 7 de 2025. Por medio de su cuenta oficial de X publicó un mensaje contra las elites de Colombia, la codicia de las mismas y sobre la criminalización de unos pocos contra el pueblo colombiano.

Comentario

Diría que, según el presidente Petro, los males que aquejan a Colombia y a la humanidad como la crisis climática o la muerte de la biodiversidad, los problemas sociales, la cultura del capitalismo, la criminalización contra el pueblo colombiano tiene su origen en la codicia. Acusa de esta acción malsana a las elites, a los oligarcas y a los periodistas, por lo menos en las citas arriba señaladas. Es evidente, insistente, en sus reiteradas intervenciones, de echar la culpa de todos los males a los ricos, al capitalismo y a los que no siguen el ideario progresista, es decir, a los esclavistas o fascistas.

Se considera, el señor presidente, “ingenuo de corazón” con relación a las acusaciones de su exministro Álvaro Leiva, en las cartas conocidas por la opinión pública. Así, también, pareciera ingenuo o se hace el ingenuo, ante todo lo que en su gobierno sucede en donde cunde la codicia, que tanto detesta, en gran número de sus colaboradores, de los cuales varios han ido a la cárcel por esta razón.

Definición de codicia

El señor presidente, “ingenuo de corazón” con relación a las acusaciones de su exministro Álvaro Leiva, en las cartas conocidas por la opinión pública. Así, también, pareciera ingenuo o se hace el ingenuo, ante todo lo que en su gobierno sucede en donde cunde la codicia, que tanto detesta, en gran número de sus colaboradores, de los cuales varios han ido a la cárcel por esta razón.

La codicia es definida como el deseo excesivo por poseer dinero, bienes, poder y todo aquello que te de estatus en la sociedad. El codicioso puede ser también un derrochador, sin control.  

La palabra “codicia” proviene del latín cupidita, derivada del verbo cupire (“desear intensamente”), vinculado con Cupido el dios romano del deseo (Eros). Por lo tanto, codiciar es desear con un espíritu malsano, por motivos innobles, egoístas, poco saludables. La religión católica le da la categoría de “pecado capital”.

En “La Ciudad de Dios”, San Agustín la considera una forma de idolatría, puesto que representa una forma de vida en que se adora a las cosas más que a Dios mismo.

“La codicia es un pecado contra la justicia, porque uno desea más de lo que le corresponde” (Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica, II-II, q.118, a.1).

El charúa

En barranquillero, caribeño, “charúa” es sinónimo de codicioso, que arrasa con todo sin ningún escrúpulo, lo quiere todo para él sin tener méritos; egoísta y avariento no sabe compartir. Carece de sentido de colaboración a la hora de solicitarle un servicio o un favor, es tacaño. El clásico “gorrero” a la hora de pagar la cuenta.

Se da en todos los círculos sociales este tipo de personajes, pero en donde más pululan es en el mundo de la política. En nuestro país, por antonomasia, los políticos consideran la codicia, contrario sensu a su definición, como una virtud que los hace “amantes del poder” traspasando, sin vergüenza, la línea ética que separa la decencia del ciudadano honesto con vocación de servicio a la polis (ciudad) por la de un mercachifle politiquero, codicioso, que solo busca satisfacer sus intereses personales y los de su clientela, lucrando del erario. “El codicioso es también mezquino, pues en su deseo de poseer más, es incapaz de ver las necesidades de los otros y de compartir lo que tiene” (San Agustín, Sermones sobre el Evangelio).

La codicia no acaba

Lo cierto, es que el presidente Petro tiene razón en endilgarle e los ricos y a los políticos contrarios a su pensamiento el “pecado capital de la codicia”.  Precisamente, 11 millones de colombianos lo eligieron para regir los destinos de la nación con la esperanza de un cambio, de acabar con la crónica corrupción del “establecimiento” que tanto combatió durante 20 años de actividad parlamentaria. De la rampante corrupción alimentada por la codicia de los poderosos y políticos tradicionales de nuestro país.

Cuando Gustavo Petro invoca la codicia como característica dominante de los que atentan contra la “Potencia de la vida”, ¡falto de sindéresis!, no reconoce que en tres años de mandato su modus operandi no ha sido nada distinto a los gobiernos que le precedieron. Las cifras y los hechos, algunos escandalosos, muestran que sus escasos logros no han permitido la esperada transición que prometió. En la Colombia de hoy, por la codicia de los que, igual que antes, detentan el poder, no se avizora un signo de esperanza para los    millones de compatriotas, afines y no afines a su ideología, que ungieron su nombre en el 2022.  Se han quedado “Con los crespos hechos”. La codicia no acaba.

Para Platón la codicia “es una manifestación clara de una mente perturbada, desordenada y desequilibrada, incapaz de encontrar la verdadera felicidad, que reside siempre en la virtud y no en las posesiones materiales… El hombre codicioso no es dueño de sí mismo, sino que está esclavizado por sus deseos”, (Platón, República, Libro IX). Son elocuentes las palabras del filósofo griego, fundador de la academia.  ¡Impresionante! dan la sensación de referirse a la controvertida personalidad del presidente de la república Gustavo Petro.

One thought on “Codicia. Palabra presidencial

  1. El doctor Teobaldo Coronado, hace una interesante reflexión sobre la codicia en relación con la gestión y uso del vocablo codicia por parte del presidente Gustavo Petro, en ese sentido analiza su frase sobre: que la codicia es la que está guiando el quehacer alrededor de temas tan fundamentales como la crisis climática o la muerte de la biodiversidad, o que la codicia, que es la cultura dominante del ser humano bajo el capitalismo, que solo es una época histórica de la humanidad, y como tal, va a finalizar. El doctor Teobaldo Coronado define a la codicia como el deseo excesivo por poseer dinero, bienes, poder y todo aquello que te de estatus en la sociedad. El codicioso puede ser también un derrochador, sin control. Igualmente la relaciona con el léxico del barranquillero, caribeño, “charúa” que describe como sinónimo de codicioso, que arrasa con todo sin ningún escrúpulo, lo quiere todo para él sin tener méritos; egoísta y avariento no sabe compartir.

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