El ingreso de diez personas, el uso obligatorio de tapabocas y un distanciamiento físico de dos metros, hacen parte del protocolo de bioseguridad que continúa implementándose en los dos cementerios municipales de Soledad, cumpliendo las directrices señaladas por el Ministerio de Salud en el manejo, traslado y disposición final de los cadáveres con causa de muerte probable o confirmada por Covid-19 o cualquier otra circunstancia.
Para el caso personas fallecidas, sospechosas de Covid-19, la funeraria es la encargada de embalar el cadáver en doble bolsa especial, de mínimo 150 micras de espesor, resistente a la filtración de líquidos. El cofre ingresa al cementerio totalmente sellado y conducido a la bóveda por personal especializado de la funeraria.
Roberto Peña, técnico de la Oficina de Estadística, explicó que en junio del año anterior ingresaron 72 sepelios, en comparación con junio de 2020, que van registrados 205. “Evidentemente el número de ocupación de bóvedas en nuestros cementerios aumentó significativamente por causa de la pandemia del Covid-19”, expresó Peña, quien reitera que por lineamientos del alcalde, Rodolfo Ucrós Rosales, los protocolos de bioseguridad son de estricto cumplimento para el ingreso de familiares y acompañantes de los sepelios.
Con el fin de prevenir la propagación del virus, el Ministerio ha estipulado que, en el medio hospitalario o domiciliario y durante el periodo que dure esta contingencia sanitaria, las entidades municipales territoriales se harán cargo del traslado, cremación o inhumación de personas fallecidas, bien sea por sospecha o confirmados para Covid-19, declaradas como pobres de solemnidad, Población Pobre No Asegurada (PPNA) o pertenecientes a grupos vulnerables y migrantes; tratándose de personas con seguridad social subsidiada o contributiva, le corresponde a su EPS la expedición del certificado de defunción y el embalaje del cadáver.
Estas medidas son aplicadas para los casos por Covid-19 y también para aquellos fallecidos sospechosos de padecer el virus.
La Alcaldía de Soledad, en los dos cementerios municipales, inició la construcción de nuevas bóvedas, ante cualquier eventualidad derivada de la emergencia.