Tanto el Alcalde Mayor – hay menores – del Distrito Especial, Industrial y Portuario de Barranquilla, como la Gobernadora del Departamento del Atlántico, mediante sendos Actos Administrativos, de carácter general, denominados decretos, decidieron, dentro del ejercicio de sus funciones de policía, declarar el toque de queda, dentro de los límites del Distrito y de cada uno de los Municipios que configuran la jurisdicción territorial departamental.
El Alcalde expidió el Decreto No. 0066 del 8 de Abril del 2021, “Por medio del cual se extienden las medidas contenidas en los decretos…. y se toman medidas para preservar la vida y mitigar los efectos del coronavirus covid 19 en el marco de reactivación de la economía local ‘Barranquilla abre segura’ en el distrito de Barranquilla“. El Decreto fue publicado en la Gaceta Distrital No.769, que consta de 14 páginas, tamaño oficio.
La gobernadora, por su parte, suscribió el Decreto No. 000133 del 8 de Abril del presente año (segundo de la pandemia), “Por medio del cual se modifica el decreto #000127 del 2021 ” por medio del cual se imparten medidas necesarias en materia de orden público para garantizar el cumplimiento del aislamiento selectivo y mitigar el riesgo de propagación y contagio del Covid 19 en el departamento del atlántico“. Este acto administrativo general fue publicado en la Gaceta Departamental No. 8601, que tiene 16 páginas, tamaño carta.
Ambos actos están fundados en las mismas normas superiores. El artículo 2do de la Constitución Política que consagra los fines esenciales del estado social de derecho, entre ellos garantizar la vida de los ciudadanos. Y las normas pertinentes del código nacional de policía y de convivencia ciudadana, expedido mediante la Ley 1801 del 2016, Es decir, son normas de policía. Prohibitivas de libertades, tanto individuales como públicas.
En ese orden, el toque de queda es un acto, casi extremo, de control Y vigilancia social frente a situaciones que, como los contagios multiplicados por LA nueva ola de la pandemia, afectan gravemente el orden público. Barranquilla se “relajó” y, por su naturaleza fenicia – comercial -, acá todo se vende. Y desaparece. Hay vitrinas de una semanas, luego un letrero: “se arrienda y/0 se vende“. Mucho comercio inestable. ¿lavado?. Y las instituciones de salud pública se creyeron inmune, “se cruzaron de brazos”, y los descontroles personales (aún personas adultas no usan correctamente el tapaboca) se sumaron en urgencias, emergencias, salas de cuidados intensivos, en pasillos, etc. Y fuimos declarados en alerta roja. Nadie se escapa del coronavirus.
Por qué no hacer de la vida propia una obra de arte, si los Barranquilleros salimos disfrazados, para la batalla de flores, desde el patio de la casa. Y en esta batalla por la vida, contra el virus, podemos disfrazarnos de decente y solidarios cuando estemos en la calle: con el tapaboca bien puesto y las manos lavadas. Y mantener el distanciamiento. Además no correr y hablar con el tapaboca encima o mal puesto. Es que ser decente es una escultura de la vida. La que se construye ladrillo a ladrillo.
Creo que no es hora de criticar a las autoridades, muchas inexpertas y amantes del “pantallazo” diario en los medios y redes sociales. Es hora de la solidaridad, principio constitucional (art 1o. C.P) que olvidamos al salir a la calle, a suplir las necesidades de alimentación, trabajo, salud, educación y demás que una vida decente y de calidad nos exige. Esa solidaridad no se nota y su ausencia tiene repletos de pacientes a clínicas y hospitales, todos buscando aire para los pulmones infectados por la peste que mata, de a poco, pero mata.
Buscando cómo ser solidario, me di a la tarea de imprimir y leer las 30 páginas de tales decretos policivos. Me gustó más, por lenguaje técnico, el suscrito por la Gobernadora, con el apoyo de su Secretaria Jurídica, que el del Señor Alcalde. la claridad lingüística es clave en toda disposición de prohibiciones.
No recuerdo, en mi memoria de abuelo aún sin vacunar contra el covid-19, haber vivido toques de queda anteriores a los ligeros de los pasados Carnavales y la Semana Mayor. NO. Este ha sido un toque de queda continuo. De viernes a lunes, sin exclusiones, pero si con excepciones de la lógica económica de una ciudad que vive del compre y vende.
Ahora, la Barranquilla que concibo no es una ciudad de exclusiones. No somos Barranquilleros, única y exclusivamente, los oriundos de este terruño privilegiado – RÍO Y MAR -, los que con nostalgia la llamamos, desde afuera: killa linda. No. Barranquilla, la mía, es una ciudad abierta. Inclusiva e incluyente. Todos los que aquí llegan se sienten Barranquilleros. Entonces, el covid-19 está matando Barranquilleros. incluidos pobres o ricos. Así que esos discursos discriminatorios y de falaz argumento entre economía y vida, no solo son inoportunos, sino hipócritas. Frente a la muerte, barranquilla debe ser una. Una ciudad solidaria.
Cómo hacerlo?
Asumiendo cada ciudadano, desde la niñez, una postura estética sobre la propia vida, para que ésta sea una obra de arte a cielo abierto, que se puede exhibir en la calle o en el supermercado, como se exhiben las pinturas y dibujos, a todo color, en las calles y esquinas de nuestro barrio abajo. Y la podamos colgar, como una de las largas sonrisas de los congós embriagados de alegría de Ángel Loochkartt o las monas patas-abiertas como alcatraces en Salgar y voladoras de Alejandro Obregón, en el pasillo de nuestro hogar, cumpliendo la orden sanitaria: ¡Quédate en casa!!.
Por qué no hacer de la vida propia una obra de arte, si los Barranquilleros salimos disfrazados, para la batalla de flores, desde el patio de la casa. Y en esta batalla por la vida, contra el virus, podemos disfrazarnos de decente y solidarios cuando estemos en la calle: con el tapaboca bien puesto y las manos lavadas. Y mantener el distanciamiento. Además no correr y hablar con el tapaboca encima o mal puesto. Es que ser decente es una escultura de la vida. La que se construye ladrillo a ladrillo.
Y es que además ser solidario es ser respetuoso de sí y del otro. Ese otro puede ser tu hijo, tus nietos, tus padres, tu pareja, tus amistades, tus vecinos. En fin, todos los Barranquilleros que habitamos esta urbe que sabe cantar y al yunque martillar. O sea, todo aquel que alimente de vibra barranquillera su corazón…de melón jugoso y fresco.
Obvio, el fenómeno sanitario por el que atravesamos no es único y exclusivo de Barranquilla. Claro que no. Lo que ocurre que Barranquilla es, así lo demuestra su historia de hitos, la primera ciudad global de este país. ¿O no?
Por estar en Abril creo válido recordar unos de los tantos hitos de la historia nuestra, ¡ caballeros!. Helos aquí:
1. 1823. Primer viaje a vapor por Río Magdalena;
2. 1849. Primer Puerto en Sabanilla;
3. 1871. Primera línea férrea;
4. 1872. Primer telégrafo;
5. 1882. Primer servicio telefónico;
6. 1885. Primera empresa privada de teléfonos;
7. 1888. Primer muelle más largo;
8. 1897. Primera exhibición de cine;
9. 1908. Primer colegio industrial;
10. 1910. Primer equipo de football;
11. 1912. Primer vuelo aéreo;
12. 1918. Primer vuelo comercial;
13. 1918. Primera empresa aérea comercial;
14. 1919. Primer correo;
15. 1920. Primer tranvía;
16. 1922. Primer transporte masivo;
17. 1925. Primera Empresa Pública Municipal;
18. 1925. Primer faro callejero;
19. 1925. Primeros vuelos aéreos internacionales;
20. 1929. Primera emisora;
21. 1930. Primer hotel turístico;
22. 1930. Primera calle pavimentada;
23. 1935. Primer estadio olímpico;
24. 1936. Primer puerto marítimo y fluvial. Bocas de cenizas; 25. 1964. Primera zona franca.
gún m. Foucault.

De estos hitos que han hecho de Barranquilla, “El mejor vividero del mundo“, paso a señalar porque es posible hacer de la vida, en Barranquilla, una obra de arte así sea en lo personal, cuando estamos enfrentando la muerte silenciosa que lleva más de un año sin descanso.
En su ensayo espléndido “El infinito de un junco. La invención de los libros en el mundo antiguo”(Siruela), la novelista y columnista española Irene Vallejo, refiriéndose a lo planteado por el filósofo francés Michel Foucault sobre la estética en el diario vivir, dice:
“Era la estética de la existencia que tanto impresionó a Michel Foucault cuando estudiaba a los griegos para su historia de la sexualidad. En la última entrevista que concedió, fascinado por la idea antigua, Foucault dijo: “me llama la atención el hecho de que en nuestra sociedad el arte se haya convertido en algo que atañe a los objetos y no a la vida ni a los individuos. ¿ por qué un hombre cualquiera no puede hacer de su vida una obra de arte ? ¿ por qué una determinada lámpara o una casa pueden ser obras de arte y no puede serlo mi vida?”.(Opus cite. pág. 146).
Esa entrevista, la última de su vida, la concedió en l984. Fue publicada en periódico el país de España.
En Barranquilla todos los Barranquilleros que la habitamos, sufrimos y disfrutamos, tenemos todas las condiciones para hacer de la vida una obra de arte, en estos nuevos tiempos de mucho cuidado. Tenemos un Río que podemos rozar con las manos y contemplar. Tenemos un Mar Caribe en el que podemos chapotear en contados minutos vía al mar. Tenemos una brisa loca que es como un aire acondicionado al natural. Tenemos un sol con suficiente calor para llenarnos en pocos instantes de exposición de piel de vitaminas. Tenemos frutas maduras en cada esquina. Y tenemos una luna que con su faro azul celeste se posa en cada ventana abierta desde las mañana. Entonces, sino hacemos de la vida poesía es porque no amamos vivir en Barranquilla.
Haz caso. Obedece el toque de queda continuo…quédate en casa y disfruta tu obra de arte: tu vida killera. Linda.
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