Salud mental. Hay festival 2024

Introducción

Me fui a Cartagena, en busca de reposo, luego de dos intervenciones oculares en la Clínica Carriazo de Barranquilla.

Coincide mi presencia, en la ciudad heroica, con la realización anual, en estos últimos días de enero, del Hay Festival 2024, edición número 19. Evento cultural al que he asistido, desde sus inicios en 2005, en más o menos diez oportunidades. Su directora Internacional, la española Cristina Fuentes La Roche, lo define como una “Conversación… son cientos de conversaciones en las que participan personalidades de todo el mundo… un espacio en donde las ideas fluyen libremente, un espacio para también soñar y escuchar historias deliciosas y evocadoras”.

Los que tenemos la lúdica afición por el “Arte de Cervantes” el Hay Festival se constituye en un momento especial que ocupa nuestra atención cada comienzo de año. Allí, escuchamos y compartimos con verdaderos y reconocidos exponentes del arte, la literatura y la política en sus diferentes manifestaciones. Lo asimilo como un ejercicio de retroalimentación, de ameno aprendizaje, para un quehacer que urge nutrirse de las experiencias vitales y lingüísticas de los mejores y más connotados hacedores de libros de todo el mundo.

En esta ocasión, gracias a la siempre generosa cortesía de la empresa Gema Tours de Cartagena, organizadora del certamen, animé a asistir a las sesiones programadas en el Teatro Adolfo Mejía, antiguo Teatro Heredia. El evento se cumple, además, en el Centro de Convenciones Cartagena de Indias y en el Centro de Formación de la Corporación Española, anexo a la plaza de Santo Domingo.

Desde que tuve la programación en mis manos llamó la atención, entre otros temas, el conversatorio sobre “Salud mental y su importancia en nuestras vidas”. El personaje por entrevistar era, en verdad, desconocido para mí. Su nombre de pila es Ruby Wachs, artísticamente Ruby Wax, de padres austriacos nació el 19 de abril de 1953 en Evanston, Illinois, USA; posee doble nacionalidad estadounidense y británica por residir en el Reino Unido desde 1970.

Ruby Wax​

Según Wikipedia se licenció en psicoterapia y orientación en la Regent’s University de Londres. En septiembre de 2013 obtuvo un máster en mindfulness mediante terapia cognitiva por la Kellogg College, centro adscrito a la Universidad de Oxford.  En la Universidad de California, Berkeley abandonó, después de haber cursado durante un año,  los estudios de psicología. Fue galardonada con un doctorado honoris causa de la Universidad de East London el 3 de noviembre de 2016 en East London, Inglaterra. Deduzco por su currículo que la señora Wax tiene muchas carreras estelares, pero no ha pasado por una facultad de medicina.

En realidad, su actividad profesional más notable la ha cumplido como presentadora de la BBC que arrancó en 1991 con el programa “Ruby Wax Meets” que concluyó en 2023.  Entrevistó a celebridades como: Imelda Marcos, Pamela Anderson, OJ Simpson, Madona, etc. Con sorna refiere que su entrevista más vergonzosa sucedió cuando la echaron del avión de Donald Trump. Comparó el encuentro con el expresidente de Estados Unidos con un “accidente automovilístico”, “¡Eso fue un choque de autos, Donald Trump!”, gritó descontrolado. Porque cuando afirmó que quería ser presidente, asumí que estaba bromeando”.

ha sufrido en carne propia el “cáncer de la depresión, ese tumor del cerebro que no se ve” afirma con certeza y que la ha llevado, por la dedicación puesta en escudriñar su enfermedad, a convertirse en experta, reconocida a nivel mundial, de esta patología.

La conferencia

En su llamativa charla habló sin tapujos de sus trastornos psiquiátricos: sufre de depresión y es bipolar. En el último libro, “I’Not As Well As I Thought I Was” (No estoy tan bien como pensaba), narra su paso por una clínica psiquiátrica y los tratamientos que ha tenido para restablecer su psiquis.

Al fin actriz, comediante, escritora y presentadora en la televisión (BBC de Londres) se manda una capacidad histriónica que hipnotiza al auditorio con su chispeante parlamento, que podría rayar, para algunos expertos, en charlatanería. Me cautivó su delirante personalidad no obstante carece su lenguaje del rigor académico y científico de un médico psiquiatra. Lo que si sabe es hacer reír a la gente; en el auditorio cartagenero la gente estalló a carcajadas en repetidas ocasiones con simpáticas y divertidas ocurrencias. Pienso que, no es ninguna charlatana en cuanto no funge como médico, no tiene ínfulas de ser una profesional de la medicina.  Es una romántica, activista protectora de los pacientes con trastornos psiquiátricos, en especial con depresión, digna de imitar.

El cáncer de la depresión

Paciente, es ella, que ha sufrido en carne propia el “cáncer de la depresión, ese tumor del cerebro que no se ve” afirma con certeza y que la ha llevado, por la dedicación puesta en escudriñar su enfermedad, a convertirse en experta, reconocida a nivel mundial, de esta patología. Asegura que “Cuando uno está deprimido, ni siquiera es un ser humano completo. No hay espíritu. Todo está muerto”.

Acepta, chistosa que su familia está bastante loca, convicción que la ha inspirado en el proceso autodidacta de conocer esta disfuncionalidad mental a través del trabajo en la televisión, el teatro y escribiendo libros al respecto. En 2009 se convirtió en patrocinadora de la organización benéfica británica Depression Alliance. Por su trabajo con grupos de salud mental y producción de la serie en línea para la BBC sobre problemas de salud mental fue honrada en 2015 con el nombramiento de Oficial Honoraria de la Orden del Imperio Británico.

Optimista, considera que “el estigma en torno a la salud mental se está convirtiendo en una cosa del pasado. No hay nada de qué avergonzarse”. A la pregunta de un asistente sobre como contrarresta ella la depresión, respondió. “Correcto. Yo me estoy moviendo todo el tiempo. Es lo que me da oxígeno. Cuando estás deprimido, una de las características es que no te mueves. Solo con la ayuda de un psicólogo pude destrabar toda esta sensación oscura”. agrega que: “Si la gente entiende que lo que le está pasando le pasa a muchas personas, puede comprender que la depresión es una enfermedad que se puede tratar”.

Creole Group

La mejor manera de moverse, la más placentera, sin duda, es bailando. Bien lo entendieron los organizadores del Hay Festival que, en la sesión de clausura del domingo 28 de enero, pusieron a danzar a la bulliciosa y biodiversa concurrencia de más de 600 personas congregada en el Teatro Adolfo Mejía. La estimulante y sensual música del caribe retumbó terapéutica, matizada por el típico sonido afro de la quijada de caballo, bajo los acordes del Creole Group, encabezado por el doctor Kent Francis Jame e integrado por raizales de las queridas Islas de San Andrés y Santa Catalina para indicarnos que la vida, sin movimiento, rápido se acorta, que al ritmo del calipso y el reggae la existencia es toda una sabrosura. El movimiento de las caderas siguiendo sus compases son cura bendita para vencer las tristezas del alma.

“Quien lo vive es quien lo goza”, proclamamos los barranquilleros.

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