¿De la universidad del atlántico?
Cuando vi y leí las recientes noticias publicadas en diarios regionales, no tuve otro recuerdo, a la mano, que el título de los tres tomos de la autobiografía novelada del Nobel Gabriel García Márquez, “Vivir para contarla“. Y es que hay que tener la fortuna de vivir para poder contarla la historia. Luego de saber de la anunciada transformación de la nostálgica sede “Veinte de julio” de la Universidad del Atlántico, por parte del “demoledor” Gobernador Departamental.

Aspecto de la edificación
Las noticias leídas están tituladas así: “125 mil millones de pesos para transformar sede centro de Uniatlántico (El Universal.30/10/25). Y “en marcha la transformación de la sede centro de Uniatlántico” (El Heraldo. 22/10/25). En ambas la fuente periodística es el Sr. Gobernador, quien asume como “Presidente” del ente universitario que por ley tiene la representación legal en la rectoría.
Un resumen de las informaciones anotadas es que: “El plan integral de infraestructura será realizado por la gobernación del atlántico“. Es decir, la Entidad Territorial subsume al ente universitario autónomo, tratándolo como un Establecimiento Público y, por tanto, violando la Constitución Política (art 69), el art. 28 de la Ley de Educación Superior (30 de 1992 y el propio Estatuto General de la Universidad (art 4to).
El plan integral que, presumo, demolerá la vieja estructura para construir una edificación nueva, tiene una doble financiación. Una provenientes del Sistema General de regalía y la otra de los recursos de la contribución: “Estampilla pro-ciudadela universitaria” que, en su gran porcentaje, pertenecen al ente autónomo, como un “patio escueto”, no tiene dolientes ante el manejo ilegitimo de tales recursos, por parte del triple gobernador del Atlántico.

La toma del bien abandonado
Se alude al principio de Autonomía Universitaria porque el artículo 68 de la Ley 30/92, que lo desarrolla, impone a los entes autónomos:”(…) establecer, arbitrar y aplicar sus recursos para el cumplimiento de su misión social y de función institucional”. Por ello, asumir desde la falsa “presidencia” de la Universidad del Atlántico los destinos de sus recursos son, no lo dudo, prevaricar y un evidente abuso de poder y funciones públicas.
Ahora bien, debo anotar que veo complacido, como egresado, la anunciada transformación de la sede “20 de julio”, pero dicha idea no es iniciativa del Sr. Gobernador-Presidente, como él la vende, pues desde el 2016, cuando la Universidad presentó un superávit presupuestal, por los dineros cobrados al Ministerio de Hacienda a consecuencia de la acción popular, presentada por los jubilados, conocí de esa posibilidad de construcción de un edificio inteligente en esa sede, pero con los “billeticos” del superávit. qué se hicieron? No lo sé…favor pregúntenle a Eduardo.
Ocurre, de ahí la recordación del título garciamarquiano: Vivir para contarlo, que el mismo personaje, a quien he apodado “El Demoledor”, que ahora se vanagloria, es el mismo que, en su primer período como Gobernador, donó al Distrito de Barranquilla el inmueble donde funcionó el otrora Colegio Barranquilla para varones, mediante Ordenanza de la Asamblea Departamental, despojando así a la Universidad del Atlántico de un importante e histórico patrimonio.
A iniciativa de “El Demoledor”, la Asamblea expidió, el 12 de diciembre del 2010, la Ordenanza No.0001066, mediante la cual concede facultades pro-tempore al Gobernador de entonces, el mismo de hoy, para que realizará la donación al Distrito el inmueble donde funcionaron tanto el Colegio Barranquilla para Varones, como la Facultad de Educación y otras de la Universidad del Atlántico. Ese despojo-regalo está contenido en Escritura Pública, que se suscribió con las facultades vencidas.

El DEMOLEDOR en plena labor
En el 2015, el Distrito, ante acción policiva promovida por una “nostálgica” Asociación de Exalumnos del Colegio Barranquilla para Varones integrada, entre otros, por viejos militantes del movimiento ciudadano (QEPD) y aliados electorales de “El Demoledor”, reclamó la donación mediante diligencia de entrega del inmueble. Meses después, la Ex-Alcaldesa Elsa Noguera declaró, en privado, que no existían $5 mil millones para invertir en ese inmueble. Desde entonces está destruyéndose, silenciosamente, ante la mirada de Exalumnos.
Indudablemente que hay que vivir para recordar, o mejor para contar. Por ello debo recordar o contar la triste historia de la célebre edificación, de la esquina de la Cra 41 con calle 51, ya que a la misma está ligado, con cordón umbilical, quien ahora se ha proclamado “presidente” del Ente Universitario autónomo y, como tal, puede demoler otra edificación y ordenar como si fuese el Representante Legal de la Universidad, cuya suerte es laberinto, como el que conduce a la Torre del antiguo Colegio Barranquilla para Varones: ¿qué será de él?
La próxima: ¡Declaración de amor a la lectura o, mejor, a los libros!

Excelente columna. Felicitaciones. La Autonomía, como libertad política no es comprendida en su horizonte de sentido por el líder regionalista
Al leer esta columna, solo queda lamentar la lamentable decision de demoler, la sede centro donde funciono la Universidad del Atlantico, en vez de restaurar esta historica sede, se opta por la via facil.