“La valoración de un periodista”, en “El hombre secreto, la verdadera historia de “Garganta Profunda”

“Nuestro deber, El Deber De Todos Los Periodistas, era proteger las fuentes, incluidas las de los demás: Bob Woorward.

En septiembre pasado falleció, a edad avanzada, el actor y director de cine, además de defensor de la naturaleza, Robert Redford. Su muerte provocó ir, a la biblioteca submarina, en búsqueda de un libro -entonces sin leer- que había colocado entre los pendientes. Sin esfuerzo lo halle cubierto en celofán. Su título: “El hombre secreto. La verdadera historia de “Garganta profunda“”(Inédita Editores), de Bob Woodward.

Robert Redford, reportero

El libro contiene, en sus últimas páginas, un relato, medio crónica y noticia, suscrito por Carl Bernstein titulado “La valoración de un periodista“. Woodward y Bernstein fueron, hace más de medio siglo, los reporteros del Washington Post que descubrieron y cubrieron, periodísticamente, el célebre caso watergate, cuya consecuencia fue la dimisión de Richard Nixon de la Presidencia de los Estados Unidos, luego de un juicio político, después de ganar un nuevo periodo.

Para adelantar la investigación periodística, los dos reporteros del post, Woodward y Bernstein, contaron con la colaboración de un informante –El hombre secreto-, quien se popularizo con el apodo, impuesto por un director del periódico, de “Garganta profunda“, cuya identidad real se mantuvo oculta, para su protección, hasta la muerte en cumplimiento al compromiso adquirido por los célebres reporteros que, además, tuvieron otras fuentes, para consolidar la historia.

La develación de la identidad del garganta profunda del Watergate, cuyo nombre era mark felt(alto funcionario del F.B.I. para la década de 1970), la hizo la revista Vanity Fair al publicar, en el 2005,  una nota redactada por el abogado de la familia de Felt, bajo el título: “Yo soy el tipo al que llamaban garganta profunda“. Sobre los detalles de esa publicación versa el relato de Bernstein, “La validación de un periodista”, el que comento para atención de colegas periodistas.

El anonimato de las fuentes. Es el llamado “secreto profesional”, que garantiza la Constitución de Colombia (art 74), pero que se ha desprestigiado, ya que por la proliferación en las redes sociales cualquier “insensato” se auto-denomina periodista y se hace, o cree, intocable.

Bob Woodward y Carl Bernsteín escribieron los libros “Todos los hombres del presidente”(1974) y “Los días finales” (1976) que fueron, para la época, best-seller; y, no dudo que deben ser lectura obligatoria para quien se crea, o desee ser, reportero.  Bernstein cuenta que, en el primero, no incluyeron las sensaciones que vivieron al comprobar las consecuencias que tendrían para el presidente Nixón los descubrimientos propios en la investigación. Es decir, no juzgaron.

Del libro “Todos los hombres del presidente” se hizo una película -se encuentra en Netflix-, también célebre, protagonizada por los, también, célebres actores norteamericanos Robert Redford y Dustin Hoffman, encarnando a los reporteros Woodward y Bernstein y la agitada vida que se dio, durante el caso Watergate, en el interior de la dirección y redacción del Washington Post, como en La Casa Blanca. Toda una lección de periodismo.

Leí ambos libros y vi la película, en los tiempos que dediqué a aprender y ejercer la reporteria. De ahí que asocie la muerte de Robert Redford con su actuación en la película del caso Watergate, asociación que permitió leer, ahora, el libro el hombre secreto, la verdadera historia de “garganta profunda” de B. Woodward. Y dedicar un comentario al texto de C. Bernstein, la valoración de un periodista, incluido en el libro como explicación o cierre.

De la lectura subrayada del escrito de Bernstein, he señalado seis principios que el destacado reportero entrega a quienes, todavía, ejercer el periodismo desde la investigación profunda de hechos que pueden hacer historia. Tales principios resumidos son los siguientes, que brevísimamente, comento:

1ro.El anonimato de las fuentes. Es el llamado “secreto profesional”, que garantiza la Constitución de Colombia (art 74), pero que se ha desprestigiado, ya que por la proliferación en las redes sociales cualquier “insensato” se auto-denomina periodista y se hace, o cree, intocable.

2do.La historia controla al reportero. Muy claro. Lo importante del reportaje, como género periodístico, es la historia y sus detalles, no el reportero quien debe perder identidad contando bien la historia.

3ro.Revisar los detalles de la historia a publicar. Es fundamental la revisión analítica de todos y cada uno de los detalles de una historia. la coherencia del relato imprime mayor credibilidad al mismo, frente a lectores. la inmediatez es “chiva”, no reportaje.

4to. No insinuar las consecuencias de la historia, para ser imparcial. El artículo 20 constitucional consagra a la imparcialidad, como un presupuesto sustancial para que una comunicación sea periodística. Presupuesto que es volado por todos “youtubers” y etcétera, desde el Presidente para bajo.  Les interesa juzgar, sin información cierta e imparcial

5to.Que el lector debata sobre la importancia de las fuentes. Acá hay que darle espacio al lector de la historia. Es él, en su imaginación, a quien corresponde comprender si la misma es creíble y cierta a partir de su documentación. El lector presumirá, de buena fe, las fuentes de la historia.

6ta.La cooperación y solidaridad. La reporteria, en la práctica periodística, no es un oficio de solitario, de alguien que se siente iluminado, estrella. Es un ejercicio solidario y de cooperación con “raimando y todo el mundo”. Solo que genera confianza pública es un verdadero reportero.

La lectura del libro “El hombre secreto, la verdadera historia de garganta profunda“, de Bob Woodward, como el apéndice “La valoración de un periodista” de Carl Bernstein, me ha producido una sincera y verdadera nostalgia por aquellos lejanos tiempos en que fui reportero judicial del desaparecido “Diario del Caribe“, que funcionó en el Barrio Abajo, donde aprendí periodismo. De ahí, el interés de reseñar los principios que, si se practican, dan valor a un reportero.

La próxima: ¿Qué es erótico en lo humano?

One thought on ““La valoración de un periodista”, en “El hombre secreto, la verdadera historia de “Garganta Profunda”

  1. Una catedra sobre la etica del periodista, muestra el ideal sobre el ejercicio honesto del periodismo, pero, sin disculpar a Nixon le valoro que tuvo la honestidad de renunciar.

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